
El aeropuerto Huesca-Pirineos cerró los once primeros meses de 2025 con 978 pasajeros, un incremento del 105 % frente a 2024 pero aún la cifra más baja de la red de Aena. En noviembre contabilizó solo 26 viajeros —aunque superó a Burgos, que registró ocho— y acumuló 2.704 movimientos de aeronaves, la mayoría vinculados a aviación general y vuelos de entrenamiento de escuelas de pilotos.
Aunque la terminal oscense nació en 2007 con la idea de nutrir el turismo de nieve de Formigal y Cerler, jamás ha superado los 18.000 pasajeros anuales. La parada de la pandemia redujo la actividad comercial a cero y, de momento, ninguna aerolínea regular ha anunciado operaciones para la temporada de invierno 2025-26.
Para los viajeros extranjeros que planean volar a España con el objetivo de disfrutar de los Pirineos, servicios como VisaHQ (https://www.visahq.com/spain/) simplifican la obtención del visado Schengen. La plataforma permite tramitar la solicitud en línea, hacer seguimiento del expediente y recibir asistencia personalizada, lo que evita contratiempos y ayuda a encajar los vuelos chárter o de conexión con las fechas de las escapadas a la nieve.
No obstante, la mejora de los datos de 2025 se explica por el repunte del tráfico de avionetas, helicópteros de rescate de los Pirineos y chárteres puntuales ligados a eventos deportivos. El Gobierno de Aragón mantiene conversaciones con touroperadores británicos y franceses para reactivar vuelos chárter de fin de semana y complementarlos con traslados por carretera a estaciones de esquí, siguiendo el modelo aplicado en Andorra-La Seu.
Para las empresas que gestionan incentivos y viajes MICE, el aeropuerto —a solo 10 km de la capital oscense— podría convertirse en una puerta de entrada ágil a los Pirineos si se concreta una ruta regular desde Madrid o Barcelona. Sin embargo, el bajo volumen actual dificulta justificar el coste de las tasas aeroportuarias y los mínimos de ocupación que exigen las low-cost.
A corto plazo, Huesca-Pirineos seguirá dependiendo de acuerdos de ‘marketing route’ y del apoyo de las administraciones locales. El caso ilustra los retos de los aeropuertos regionales españoles para alcanzar masa crítica en un mercado dominado por hubs como Barajas y El Prat y por la alta velocidad ferroviaria en corredores domésticos.
Aunque la terminal oscense nació en 2007 con la idea de nutrir el turismo de nieve de Formigal y Cerler, jamás ha superado los 18.000 pasajeros anuales. La parada de la pandemia redujo la actividad comercial a cero y, de momento, ninguna aerolínea regular ha anunciado operaciones para la temporada de invierno 2025-26.
Para los viajeros extranjeros que planean volar a España con el objetivo de disfrutar de los Pirineos, servicios como VisaHQ (https://www.visahq.com/spain/) simplifican la obtención del visado Schengen. La plataforma permite tramitar la solicitud en línea, hacer seguimiento del expediente y recibir asistencia personalizada, lo que evita contratiempos y ayuda a encajar los vuelos chárter o de conexión con las fechas de las escapadas a la nieve.
No obstante, la mejora de los datos de 2025 se explica por el repunte del tráfico de avionetas, helicópteros de rescate de los Pirineos y chárteres puntuales ligados a eventos deportivos. El Gobierno de Aragón mantiene conversaciones con touroperadores británicos y franceses para reactivar vuelos chárter de fin de semana y complementarlos con traslados por carretera a estaciones de esquí, siguiendo el modelo aplicado en Andorra-La Seu.
Para las empresas que gestionan incentivos y viajes MICE, el aeropuerto —a solo 10 km de la capital oscense— podría convertirse en una puerta de entrada ágil a los Pirineos si se concreta una ruta regular desde Madrid o Barcelona. Sin embargo, el bajo volumen actual dificulta justificar el coste de las tasas aeroportuarias y los mínimos de ocupación que exigen las low-cost.
A corto plazo, Huesca-Pirineos seguirá dependiendo de acuerdos de ‘marketing route’ y del apoyo de las administraciones locales. El caso ilustra los retos de los aeropuertos regionales españoles para alcanzar masa crítica en un mercado dominado por hubs como Barajas y El Prat y por la alta velocidad ferroviaria en corredores domésticos.










