
Los extranjeros que viven en Francia con títulos de residencia temporales enfrentarán un nuevo obstáculo a partir de la próxima semana: un examen cívico obligatorio y de aprobado o reprobado para quienes soliciten un permiso de residencia plurianual, una tarjeta de residente de diez años o la naturalización. Publicada en el Journal officiel el 10 de octubre y confirmada en las directrices gubernamentales difundidas esta semana, la medida entrará en vigor el 1 de enero de 2026.
La prueba, de 45 minutos, consta de 28 preguntas de opción múltiple sobre historia francesa, instituciones, laicidad, igualdad entre mujeres y hombres, y aspectos prácticos de la vida en Francia, además de 12 preguntas basadas en escenarios para evaluar la integración cotidiana. Los candidatos deben obtener al menos 32 de 40 puntos (80 %) para aprobar; la tarifa es de 69 € y el resultado tiene una validez de cuatro años. Se espera que más de 100,000 solicitantes de permisos plurianuales y alrededor de 35,000 candidatos a la naturalización realicen el examen cada año.
La reforma fue impulsada por el exministro del Interior Bruno Retailleau como parte de un esfuerzo más amplio para “hacer de la integración un deber, no una opción”. Sus defensores argumentan que un examen uniforme reemplaza la variedad de entrevistas en las prefecturas, que diferían mucho en dificultad. Los críticos señalan que muchas preguntas —como la fecha exacta de la ley de 1905 sobre la separación de la Iglesia y el Estado— son desconocidas para la mayoría de los ciudadanos franceses, y que ya están surgiendo cursos privados de preparación con precios entre 200 y 400 €, lo que favorece a los más acomodados.
Para afrontar estos nuevos requisitos, muchos solicitantes podrían beneficiarse de asistencia profesional. VisaHQ, a través de su página dedicada a Francia (https://www.visahq.com/france/), ofrece apoyo paso a paso para reservar plazas en el examen, preparar la documentación necesaria para permisos de residencia o naturalización, y monitorear los tiempos de procesamiento en las prefecturas, ayudando a los residentes extranjeros a mantenerse al día.
Para los empleadores, la preocupación inmediata es el tiempo de tramitación. Hasta ahora, los titulares del pasaporte talento estaban exentos de pruebas de idioma o integración, pero el personal junior que pase de estudiante a empleado deberá aprobar el examen antes de que se emita una nueva tarjeta. Los responsables de movilidad deben añadir entre cuatro y seis semanas adicionales a las fechas de inicio de asignación y presupuestar los costos del examen y materiales de formación. Las universidades también aconsejan a los graduados internacionales con ofertas de trabajo en Francia que se inscriban en las primeras sesiones disponibles en enero para evitar cuellos de botella.
A largo plazo, este nuevo requisito señala un cambio hacia una inmigración basada en el rendimiento: los migrantes económicos que dominen la cultura cívica francesa podrán acceder más rápido a un estatus seguro, mientras que quienes no aprueben corren el riesgo de quedar atrapados en renovaciones anuales. Por ello, las empresas que planeen contratar talento no comunitario después de 2026 deberían incluir apoyo lingüístico y de integración en sus paquetes de reubicación para mantenerse competitivas.
La prueba, de 45 minutos, consta de 28 preguntas de opción múltiple sobre historia francesa, instituciones, laicidad, igualdad entre mujeres y hombres, y aspectos prácticos de la vida en Francia, además de 12 preguntas basadas en escenarios para evaluar la integración cotidiana. Los candidatos deben obtener al menos 32 de 40 puntos (80 %) para aprobar; la tarifa es de 69 € y el resultado tiene una validez de cuatro años. Se espera que más de 100,000 solicitantes de permisos plurianuales y alrededor de 35,000 candidatos a la naturalización realicen el examen cada año.
La reforma fue impulsada por el exministro del Interior Bruno Retailleau como parte de un esfuerzo más amplio para “hacer de la integración un deber, no una opción”. Sus defensores argumentan que un examen uniforme reemplaza la variedad de entrevistas en las prefecturas, que diferían mucho en dificultad. Los críticos señalan que muchas preguntas —como la fecha exacta de la ley de 1905 sobre la separación de la Iglesia y el Estado— son desconocidas para la mayoría de los ciudadanos franceses, y que ya están surgiendo cursos privados de preparación con precios entre 200 y 400 €, lo que favorece a los más acomodados.
Para afrontar estos nuevos requisitos, muchos solicitantes podrían beneficiarse de asistencia profesional. VisaHQ, a través de su página dedicada a Francia (https://www.visahq.com/france/), ofrece apoyo paso a paso para reservar plazas en el examen, preparar la documentación necesaria para permisos de residencia o naturalización, y monitorear los tiempos de procesamiento en las prefecturas, ayudando a los residentes extranjeros a mantenerse al día.
Para los empleadores, la preocupación inmediata es el tiempo de tramitación. Hasta ahora, los titulares del pasaporte talento estaban exentos de pruebas de idioma o integración, pero el personal junior que pase de estudiante a empleado deberá aprobar el examen antes de que se emita una nueva tarjeta. Los responsables de movilidad deben añadir entre cuatro y seis semanas adicionales a las fechas de inicio de asignación y presupuestar los costos del examen y materiales de formación. Las universidades también aconsejan a los graduados internacionales con ofertas de trabajo en Francia que se inscriban en las primeras sesiones disponibles en enero para evitar cuellos de botella.
A largo plazo, este nuevo requisito señala un cambio hacia una inmigración basada en el rendimiento: los migrantes económicos que dominen la cultura cívica francesa podrán acceder más rápido a un estatus seguro, mientras que quienes no aprueben corren el riesgo de quedar atrapados en renovaciones anuales. Por ello, las empresas que planeen contratar talento no comunitario después de 2026 deberían incluir apoyo lingüístico y de integración en sus paquetes de reubicación para mantenerse competitivas.











