
La administración Trump, el 26 de diciembre, amplió discretamente las normas de divulgación en redes sociales para incluir a todos los solicitantes de visa H-1B y, potencialmente, a todos los viajeros procedentes de países del Programa de Exención de Visa (VWP). Los solicitantes deben proporcionar los nombres de usuario utilizados en los últimos cinco años; algoritmos detectan contenido considerado “antiestadounidense”, extremista o relacionado con desinformación. Esta medida surge tras una serie de revocaciones de visas dirigidas a activistas y periodistas.
Las autoridades justifican la política como una necesidad de seguridad nacional, pero grupos de derechos civiles advierten que limita la libertad de expresión y fomenta la discriminación por opiniones. Abogados de inmigración reportan casos de clientes a quienes se les negó la visa por tuits en apoyo a los derechos palestinos o críticas a la política exterior de EE. UU. Herramientas de inteligencia artificial analizan millones de publicaciones, aunque los errores son frecuentes; las apelaciones pueden tardar meses y durante ese tiempo no se permite viajar.
Ante estos requisitos más estrictos, viajeros y equipos de recursos humanos pueden ahorrar tiempo y evitar errores utilizando servicios expertos en visas. VisaHQ monitorea en tiempo real los cambios en la política estadounidense y ofrece listas personalizadas de documentos, revisión de solicitudes y tramitación acelerada para H-1B, ESTA y otras categorías. Más información en https://www.visahq.com/united-states/.
Para las empresas, el perfil de riesgo de contrataciones internacionales ha aumentado. Los reclutadores deben advertir a los candidatos que comentarios aparentemente inocuos en línea podrían desencadenar opiniones de seguridad o interrogatorios adicionales en consulados. Los responsables de movilidad podrían considerar ofrecer auditorías y capacitaciones en redes sociales, similares a los programas del Reino Unido implementados tras la ley Prevent.
La regulación ya enfrenta desafíos legales, con una audiencia programada para enero en un tribunal federal. Hasta entonces, los empleadores deben prever tiempos adicionales para la emisión de visas y mantener planes de contingencia para viajes esenciales.
Las autoridades justifican la política como una necesidad de seguridad nacional, pero grupos de derechos civiles advierten que limita la libertad de expresión y fomenta la discriminación por opiniones. Abogados de inmigración reportan casos de clientes a quienes se les negó la visa por tuits en apoyo a los derechos palestinos o críticas a la política exterior de EE. UU. Herramientas de inteligencia artificial analizan millones de publicaciones, aunque los errores son frecuentes; las apelaciones pueden tardar meses y durante ese tiempo no se permite viajar.
Ante estos requisitos más estrictos, viajeros y equipos de recursos humanos pueden ahorrar tiempo y evitar errores utilizando servicios expertos en visas. VisaHQ monitorea en tiempo real los cambios en la política estadounidense y ofrece listas personalizadas de documentos, revisión de solicitudes y tramitación acelerada para H-1B, ESTA y otras categorías. Más información en https://www.visahq.com/united-states/.
Para las empresas, el perfil de riesgo de contrataciones internacionales ha aumentado. Los reclutadores deben advertir a los candidatos que comentarios aparentemente inocuos en línea podrían desencadenar opiniones de seguridad o interrogatorios adicionales en consulados. Los responsables de movilidad podrían considerar ofrecer auditorías y capacitaciones en redes sociales, similares a los programas del Reino Unido implementados tras la ley Prevent.
La regulación ya enfrenta desafíos legales, con una audiencia programada para enero en un tribunal federal. Hasta entonces, los empleadores deben prever tiempos adicionales para la emisión de visas y mantener planes de contingencia para viajes esenciales.








