
Brasil está a punto de llevar a cabo la liberalización de visados más audaz en más de una década. Funcionarios gubernamentales confirmaron a importantes medios que el Ministerio de Relaciones Exteriores ha elaborado un decreto que eliminaría el requisito de visado para estancias cortas a los titulares de pasaportes chinos que viajen por turismo o negocios. La medida, que se espera sea firmada a principios de 2026, llega después de que China concediera unilateralmente a los brasileños la entrada sin visado para estancias de hasta 30 días en junio de 2024.
Detrás de esta decisión hay un cálculo sencillo: China ya es el principal socio comercial de Brasil y su mercado de origen de más rápido crecimiento fuera de Sudamérica, aunque los viajeros chinos representan apenas el 0,05 % de los viajes salientes de China. El gobierno cree que eliminar esta última barrera administrativa podría aumentar las llegadas mucho más allá de los 76,000 visitantes chinos registrados en 2024 y ayudar a Brasil a alcanzar su meta de 10 millones de turistas extranjeros al año para 2027. Destinos como Foz do Iguaçu, Río de Janeiro y la Amazonía están preparando paquetes personalizados, y la agencia nacional de turismo Embratur está ultimando campañas promocionales en mandarín.
El sector empresarial brasileño también muestra entusiasmo. La exención de visado reduciría los tiempos de espera para ejecutivos chinos que necesitan inspeccionar fábricas, negociar contratos agroindustriales o asistir a ferias comerciales. Las cadenas hoteleras esperan estancias más largas y un mayor gasto: encuestas de la secretaría de turismo de São Paulo indican que un visitante chino gasta alrededor de 2,000 dólares por viaje, casi el triple del promedio de turistas sudamericanos. Las aerolíneas ya contemplan aumentar frecuencias en las rutas São Paulo-Guangzhou y Río-Pekín una vez que la demanda se materialice.
Los viajeros y organizaciones que busquen una adaptación sin contratiempos al nuevo régimen pueden contar con el portal en línea de VisaHQ, que monitorea en tiempo real los requisitos de entrada a Brasil y facilita los trámites necesarios para estancias especializadas o de largo plazo. La página de Brasil (https://www.visahq.com/brazil/) ofrece guías paso a paso, procesamiento acelerado y soporte multilingüe, facilitando que tanto visitantes chinos como empresas brasileñas cumplan con las normativas a medida que estas evolucionan.
No todos están convencidos. Diplomáticos de carrera temen que una concesión unilateral pueda debilitar la posición de Brasil en negociaciones más amplias sobre movilidad con la Unión Europea. Las agencias de seguridad exigen garantías de que los acuerdos de intercambio de datos se mantendrán para que los controles de antecedentes sigan identificando a viajeros de riesgo. Sin embargo, se dice que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva apoya la exención, argumentando que los beneficios económicos superan los riesgos.
Para los gestores de movilidad global, la conclusión es clara: es momento de planificar transferencias más ágiles y fluidas entre China y Brasil. Si el decreto se promulga tal como está redactado, los ciudadanos chinos podrán ingresar a Brasil con un simple escaneo de pasaporte en la frontera, mientras que los asignados brasileños ya disfrutan del mismo privilegio en China. Los equipos de recursos humanos deben revisar los manuales de políticas de viaje, aprobar nuevos proveedores preferentes que hablen mandarín y recalibrar los presupuestos para delegaciones chinas entrantes, ya que las tarifas hoteleras en los centros de negocios probablemente aumentarán una vez que se libere la demanda acumulada.
Detrás de esta decisión hay un cálculo sencillo: China ya es el principal socio comercial de Brasil y su mercado de origen de más rápido crecimiento fuera de Sudamérica, aunque los viajeros chinos representan apenas el 0,05 % de los viajes salientes de China. El gobierno cree que eliminar esta última barrera administrativa podría aumentar las llegadas mucho más allá de los 76,000 visitantes chinos registrados en 2024 y ayudar a Brasil a alcanzar su meta de 10 millones de turistas extranjeros al año para 2027. Destinos como Foz do Iguaçu, Río de Janeiro y la Amazonía están preparando paquetes personalizados, y la agencia nacional de turismo Embratur está ultimando campañas promocionales en mandarín.
El sector empresarial brasileño también muestra entusiasmo. La exención de visado reduciría los tiempos de espera para ejecutivos chinos que necesitan inspeccionar fábricas, negociar contratos agroindustriales o asistir a ferias comerciales. Las cadenas hoteleras esperan estancias más largas y un mayor gasto: encuestas de la secretaría de turismo de São Paulo indican que un visitante chino gasta alrededor de 2,000 dólares por viaje, casi el triple del promedio de turistas sudamericanos. Las aerolíneas ya contemplan aumentar frecuencias en las rutas São Paulo-Guangzhou y Río-Pekín una vez que la demanda se materialice.
Los viajeros y organizaciones que busquen una adaptación sin contratiempos al nuevo régimen pueden contar con el portal en línea de VisaHQ, que monitorea en tiempo real los requisitos de entrada a Brasil y facilita los trámites necesarios para estancias especializadas o de largo plazo. La página de Brasil (https://www.visahq.com/brazil/) ofrece guías paso a paso, procesamiento acelerado y soporte multilingüe, facilitando que tanto visitantes chinos como empresas brasileñas cumplan con las normativas a medida que estas evolucionan.
No todos están convencidos. Diplomáticos de carrera temen que una concesión unilateral pueda debilitar la posición de Brasil en negociaciones más amplias sobre movilidad con la Unión Europea. Las agencias de seguridad exigen garantías de que los acuerdos de intercambio de datos se mantendrán para que los controles de antecedentes sigan identificando a viajeros de riesgo. Sin embargo, se dice que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva apoya la exención, argumentando que los beneficios económicos superan los riesgos.
Para los gestores de movilidad global, la conclusión es clara: es momento de planificar transferencias más ágiles y fluidas entre China y Brasil. Si el decreto se promulga tal como está redactado, los ciudadanos chinos podrán ingresar a Brasil con un simple escaneo de pasaporte en la frontera, mientras que los asignados brasileños ya disfrutan del mismo privilegio en China. Los equipos de recursos humanos deben revisar los manuales de políticas de viaje, aprobar nuevos proveedores preferentes que hablen mandarín y recalibrar los presupuestos para delegaciones chinas entrantes, ya que las tarifas hoteleras en los centros de negocios probablemente aumentarán una vez que se libere la demanda acumulada.









