
Con la llegada del pico anual de viajes por Navidad y Año Nuevo, el Ministerio de Puertos y Aeropuertos de Brasil ha puesto en marcha una fuerza especial a nivel nacional llamada “Operación Fin de Año”. El 19 de diciembre se desplegaron 200 inspectores adicionales de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) en los 15 aeropuertos más concurridos del país, quienes permanecerán en servicio hasta el 5 de enero.
Este refuerzo temporal responde a las proyecciones de ANAC, que estiman un aumento del 15 % en el volumen de pasajeros en comparación con las fiestas del año pasado. Los inspectores trabajan las 24 horas en “salas de guerra” dentro de las terminales, monitoreando en tiempo real las filas de check-in, los tiempos de espera en seguridad, el rendimiento de las cintas de equipaje y los datos de salidas puntuales. Cuando se detectan cuellos de botella, los equipos pueden redistribuir personal o abrir mostradores temporales para aliviar la congestión.
Las aerolíneas también forman parte de la operación. Según la Resolución 400 de Brasil, que establece estrictas normas de compensación por retrasos y cancelaciones, las compañías han ubicado aviones y tripulaciones de reserva en bases estratégicas. Además, se han implementado alertas por WhatsApp, ahora disponibles en inglés y español, para informar a los viajeros sobre cambios de puerta o demoras, una novedad para los pasajeros que no hablan portugués.
Para quienes aún revisan los requisitos de visa antes de viajar, VisaHQ facilita el trámite. Su portal para Brasil (https://www.visahq.com/brazil/) permite consultar las normas de entrada, enviar solicitudes en línea y seguir la aprobación en tiempo real, brindando tranquilidad en un momento en que las operaciones aeroportuarias están bajo presión por las fiestas.
Para los gestores de movilidad corporativa, la presencia de inspectores adicionales y el intercambio proactivo de datos se traducen en conexiones más predecibles y menor riesgo de perder reuniones. Sin embargo, se recomienda planificar con tiempo extra durante el período pico y recordar a los viajeros que utilicen las aplicaciones oficiales de los aeropuertos, que se alimentan directamente del nuevo panel de control.
De cara al futuro, ANAC señala que esta operación es un caso piloto para un centro permanente de monitoreo de desempeño previsto para 2026. Si tiene éxito, el modelo podría extenderse a los aeropuertos secundarios de Brasil, una buena noticia para los exportadores que dependen de conexiones regionales para trasladar personal y carga de alto valor.
Este refuerzo temporal responde a las proyecciones de ANAC, que estiman un aumento del 15 % en el volumen de pasajeros en comparación con las fiestas del año pasado. Los inspectores trabajan las 24 horas en “salas de guerra” dentro de las terminales, monitoreando en tiempo real las filas de check-in, los tiempos de espera en seguridad, el rendimiento de las cintas de equipaje y los datos de salidas puntuales. Cuando se detectan cuellos de botella, los equipos pueden redistribuir personal o abrir mostradores temporales para aliviar la congestión.
Las aerolíneas también forman parte de la operación. Según la Resolución 400 de Brasil, que establece estrictas normas de compensación por retrasos y cancelaciones, las compañías han ubicado aviones y tripulaciones de reserva en bases estratégicas. Además, se han implementado alertas por WhatsApp, ahora disponibles en inglés y español, para informar a los viajeros sobre cambios de puerta o demoras, una novedad para los pasajeros que no hablan portugués.
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De cara al futuro, ANAC señala que esta operación es un caso piloto para un centro permanente de monitoreo de desempeño previsto para 2026. Si tiene éxito, el modelo podría extenderse a los aeropuertos secundarios de Brasil, una buena noticia para los exportadores que dependen de conexiones regionales para trasladar personal y carga de alto valor.







