
Cuatro ciudadanos de Sudán del Sur y la organización sin fines de lucro African Communities Together presentaron una demanda en un tribunal federal de Boston, argumentando que la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, actuó de manera ilegal al terminar la designación de Estatus de Protección Temporal (TPS) para Sudán del Sur el 5 de noviembre. La demanda alega que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ignoró la violencia continua de la guerra civil y se basó en motivos raciales discriminatorios, violando tanto la ley del TPS como la cláusula de igualdad de protección de la Quinta Enmienda.
Aproximadamente 232 titulares del TPS de Sudán del Sur y otros 73 solicitantes podrían perder la autorización de trabajo y la protección contra la deportación cuando la designación finalice el 5 de mayo de 2026. Los demandantes buscan una orden judicial para mantener el estatus mientras avanza el caso, en línea con demandas similares presentadas este año en nombre de comunidades haitianas, venezolanas y sirias.
Para las empresas estadounidenses que emplean a ingenieros, trabajadores de la salud e intérpretes sudaneses, muchos concentrados en el Medio Oeste y en centros de servicios petroleros, la incertidumbre complica la planificación de la fuerza laboral. Los empleadores podrían tener que explorar vías exentas del límite H-1B, permisos humanitarios o transferencias intraempresariales para retener talento clave si se confirma la terminación.
Las organizaciones que buscan apoyo práctico mientras evalúan opciones de contingencia pueden acudir a VisaHQ. El portal estadounidense de la compañía (https://www.visahq.com/united-states/) ofrece guías paso a paso sobre solicitudes humanitarias, visas basadas en empleo, documentación de viaje y monitoreo de cumplimiento, brindando a los equipos de recursos humanos y a los solicitantes individuales una forma ágil de anticiparse a los cambios en las normas migratorias.
Más allá de Sudán del Sur, la demanda pone en evidencia el riesgo legal más amplio que representan las revisiones intensificadas del DHS sobre los países con TPS. Desde 2020, los tribunales han bloqueado varias terminaciones, creando un mosaico de órdenes judiciales que los profesionales de movilidad deben seguir de cerca al prever necesidades de visas y cronogramas de proyectos.
Aproximadamente 232 titulares del TPS de Sudán del Sur y otros 73 solicitantes podrían perder la autorización de trabajo y la protección contra la deportación cuando la designación finalice el 5 de mayo de 2026. Los demandantes buscan una orden judicial para mantener el estatus mientras avanza el caso, en línea con demandas similares presentadas este año en nombre de comunidades haitianas, venezolanas y sirias.
Para las empresas estadounidenses que emplean a ingenieros, trabajadores de la salud e intérpretes sudaneses, muchos concentrados en el Medio Oeste y en centros de servicios petroleros, la incertidumbre complica la planificación de la fuerza laboral. Los empleadores podrían tener que explorar vías exentas del límite H-1B, permisos humanitarios o transferencias intraempresariales para retener talento clave si se confirma la terminación.
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