
Casi cuatro años después de que los polacos abrieran sus hogares a las personas que huían de la invasión rusa, el sentimiento hacia más de un millón de refugiados ucranianos que viven en Polonia se está tornando negativo. Incidentes de alto perfil, como la agresión a una pareja ucraniana en Szczecin por hablar su idioma natal, han acaparado los titulares locales y las redes sociales. The Guardian informa de un aumento notable en los ataques verbales y físicos, alimentados por desinformación viral y la elección del presidente populista de derecha Karol Nawrocki, quien llegó al poder con una plataforma antiinmigración.
Encuestas del think-tank con sede en Varsovia IBRiS muestran que el apoyo a la continuidad de las ayudas para refugiados ha caído por debajo del 40 %, frente al 72 % a mediados de 2023. Las nuevas normas gubernamentales condicionan la asistencia económica a la presentación de pruebas de búsqueda de empleo y clases de polaco, un cambio que, según críticos, afecta desproporcionadamente a madres solteras y personas mayores. Empleadores en logística y construcción —sectores que dependían en gran medida de la mano de obra ucraniana— temen escasez de talento, ya que algunos refugiados consideran migrar a Alemania o regresar al oeste de Ucrania.
Para los ucranianos que intentan mantener su estatus legal vigente, y para los empleadores polacos que dependen de su talento, VisaHQ puede simplificar los trámites burocráticos. El equipo con sede en Varsovia (https://www.visahq.com/poland/) guía a los clientes en la renovación de permisos de residencia, solicitudes de permisos de trabajo y visados Schengen, siguiendo los cambios en la normativa en tiempo real y ofreciendo apoyo bilingüe que aligera la carga administrativa.
El cambio de clima social complica la responsabilidad corporativa. Los gestores de movilidad que trasladan personal ucraniano a Polonia deben considerar la posible hostilidad social y garantizar acceso a asesoramiento bilingüe. Asesores legales señalan que los permisos de residencia bajo protección temporal siguen vigentes al menos hasta marzo de 2026, pero los municipios han endurecido las reglas para acceder a vivienda pública, alargando las listas de espera en Varsovia y Wrocław.
ONGs de integración advierten que la retórica política revive agravios históricos como la masacre de Volinia, tensando las relaciones vecinales. Las empresas pueden contribuir patrocinando cursos de idioma y programas comunitarios que integren a empleados polacos y ucranianos. Expertos sostienen que un reconocimiento más rápido de las cualificaciones ucranianas —especialmente en salud y tecnología— cambiaría la percepción pública de “carga social” a “contribuyente económico”.
Con un desempleo récord del 2,6 % en Polonia, los economistas advierten que el país no puede permitirse perder residentes productivos. La forma en que el gobierno equilibre las promesas electorales con la realidad del mercado laboral definirá el panorama de la movilidad en Polonia para 2026.
Encuestas del think-tank con sede en Varsovia IBRiS muestran que el apoyo a la continuidad de las ayudas para refugiados ha caído por debajo del 40 %, frente al 72 % a mediados de 2023. Las nuevas normas gubernamentales condicionan la asistencia económica a la presentación de pruebas de búsqueda de empleo y clases de polaco, un cambio que, según críticos, afecta desproporcionadamente a madres solteras y personas mayores. Empleadores en logística y construcción —sectores que dependían en gran medida de la mano de obra ucraniana— temen escasez de talento, ya que algunos refugiados consideran migrar a Alemania o regresar al oeste de Ucrania.
Para los ucranianos que intentan mantener su estatus legal vigente, y para los empleadores polacos que dependen de su talento, VisaHQ puede simplificar los trámites burocráticos. El equipo con sede en Varsovia (https://www.visahq.com/poland/) guía a los clientes en la renovación de permisos de residencia, solicitudes de permisos de trabajo y visados Schengen, siguiendo los cambios en la normativa en tiempo real y ofreciendo apoyo bilingüe que aligera la carga administrativa.
El cambio de clima social complica la responsabilidad corporativa. Los gestores de movilidad que trasladan personal ucraniano a Polonia deben considerar la posible hostilidad social y garantizar acceso a asesoramiento bilingüe. Asesores legales señalan que los permisos de residencia bajo protección temporal siguen vigentes al menos hasta marzo de 2026, pero los municipios han endurecido las reglas para acceder a vivienda pública, alargando las listas de espera en Varsovia y Wrocław.
ONGs de integración advierten que la retórica política revive agravios históricos como la masacre de Volinia, tensando las relaciones vecinales. Las empresas pueden contribuir patrocinando cursos de idioma y programas comunitarios que integren a empleados polacos y ucranianos. Expertos sostienen que un reconocimiento más rápido de las cualificaciones ucranianas —especialmente en salud y tecnología— cambiaría la percepción pública de “carga social” a “contribuyente económico”.
Con un desempleo récord del 2,6 % en Polonia, los economistas advierten que el país no puede permitirse perder residentes productivos. La forma en que el gobierno equilibre las promesas electorales con la realidad del mercado laboral definirá el panorama de la movilidad en Polonia para 2026.









