
A menos de 48 horas del pico de viajes por las fiestas en España, los sindicatos USO y CGT confirmaron una serie de paros en South Europe Ground Services (South), la nueva filial de bajo coste de International Airlines Group (IAG) dedicada a servicios en tierra. El calendario de huelgas — 23, 26 y 30 de diciembre de 2025, además del 2 y 7 de enero de 2026, en dos bloques de cuatro horas cada día — amenaza con afectar cientos de vuelos en Madrid-Barajas (MAD), el principal centro de Iberia y la mayor puerta de entrada para la aviación de negocios en el país.
South se escindió de Iberia Airport Services hace apenas un año y ya gestiona aproximadamente el 35 % de las operaciones en tierra en 38 aeropuertos españoles. Los sindicatos acusan a la empresa de “abaratamiento”: contrataciones rápidas con salarios inferiores a 18.000 € anuales, alta rotación de personal, errores en nóminas, equipos mal mantenidos y formación reducida, lo que, según ellos, está provocando un aumento de incidentes en pista. La dirección defiende que este modelo aporta eficiencia y competitividad conforme a las normas europeas de apertura de mercado.
El conflicto pone a IAG —y de forma indirecta a Iberia, Vueling y LEVEL— bajo una intensa lupa justo cuando España se prepara para un récord de pasajeros en el periodo navideño. Solo Barajas espera 4,2 millones de viajeros entre el 22 de diciembre y el 8 de enero, según previsiones de Aena. Desde el Ministerio de Fomento se han establecido servicios mínimos, pero experiencias previas muestran que la entrega de equipajes, el empuje de aeronaves y el repostaje pueden sufrir retrasos significativos incluso con plantillas reducidas.
Para las empresas multinacionales que desplazan personal a través de MAD o dependen de conexiones ajustadas hacia Latinoamérica, la huelga podría provocar reuniones perdidas, complicaciones con visados y costes extra en alojamiento. Los responsables de movilidad deberían aconsejar a los viajeros prever tiempos de escala más amplios, viajar solo con equipaje de mano cuando sea posible y vigilar opciones de re-routing vía Barcelona, Lisboa o París-Orly. Las compañías con trabajadores desplazados bajo certificados A1 deben recordar que los retrasos por huelga pueden extender estancias más allá de los límites de 90/180 días en Schengen; se recomienda realizar controles proactivos del estatus.
Mientras tanto, si estas interrupciones convierten un tránsito rutinario en una estancia inesperada o requieren un nuevo visado, VisaHQ puede ser un aliado. A través de su portal para España (https://www.visahq.com/spain/), la plataforma permite a gestores de viajes corporativos y viajeros individuales verificar requisitos de entrada, tramitar solicitudes urgentes de visado y organizar el envío de documentos, ayudando a aliviar los problemas administrativos cuando las operaciones en tierra se paralizan.
Estratégicamente, esta confrontación revela una fractura laboral más amplia en el sector aéreo europeo: aerolíneas que buscan reducir costes mediante filiales de handling frente a sindicatos que exigen mantener los estándares salariales y de seguridad de las compañías tradicionales. Cualquier precedente que se establezca en España podría repercutir en las bases de IAG en Reino Unido e Irlanda, afectando transferencias internas y las expectativas de fiabilidad de vuelos integradas en las políticas globales de movilidad.
South se escindió de Iberia Airport Services hace apenas un año y ya gestiona aproximadamente el 35 % de las operaciones en tierra en 38 aeropuertos españoles. Los sindicatos acusan a la empresa de “abaratamiento”: contrataciones rápidas con salarios inferiores a 18.000 € anuales, alta rotación de personal, errores en nóminas, equipos mal mantenidos y formación reducida, lo que, según ellos, está provocando un aumento de incidentes en pista. La dirección defiende que este modelo aporta eficiencia y competitividad conforme a las normas europeas de apertura de mercado.
El conflicto pone a IAG —y de forma indirecta a Iberia, Vueling y LEVEL— bajo una intensa lupa justo cuando España se prepara para un récord de pasajeros en el periodo navideño. Solo Barajas espera 4,2 millones de viajeros entre el 22 de diciembre y el 8 de enero, según previsiones de Aena. Desde el Ministerio de Fomento se han establecido servicios mínimos, pero experiencias previas muestran que la entrega de equipajes, el empuje de aeronaves y el repostaje pueden sufrir retrasos significativos incluso con plantillas reducidas.
Para las empresas multinacionales que desplazan personal a través de MAD o dependen de conexiones ajustadas hacia Latinoamérica, la huelga podría provocar reuniones perdidas, complicaciones con visados y costes extra en alojamiento. Los responsables de movilidad deberían aconsejar a los viajeros prever tiempos de escala más amplios, viajar solo con equipaje de mano cuando sea posible y vigilar opciones de re-routing vía Barcelona, Lisboa o París-Orly. Las compañías con trabajadores desplazados bajo certificados A1 deben recordar que los retrasos por huelga pueden extender estancias más allá de los límites de 90/180 días en Schengen; se recomienda realizar controles proactivos del estatus.
Mientras tanto, si estas interrupciones convierten un tránsito rutinario en una estancia inesperada o requieren un nuevo visado, VisaHQ puede ser un aliado. A través de su portal para España (https://www.visahq.com/spain/), la plataforma permite a gestores de viajes corporativos y viajeros individuales verificar requisitos de entrada, tramitar solicitudes urgentes de visado y organizar el envío de documentos, ayudando a aliviar los problemas administrativos cuando las operaciones en tierra se paralizan.
Estratégicamente, esta confrontación revela una fractura laboral más amplia en el sector aéreo europeo: aerolíneas que buscan reducir costes mediante filiales de handling frente a sindicatos que exigen mantener los estándares salariales y de seguridad de las compañías tradicionales. Cualquier precedente que se establezca en España podría repercutir en las bases de IAG en Reino Unido e Irlanda, afectando transferencias internas y las expectativas de fiabilidad de vuelos integradas en las políticas globales de movilidad.






