
Un informe de investigación publicado el 18 de diciembre por The Guardian y The Lens reveló que cientos de migrantes indocumentados que aceptaron la oferta del DHS en el “Proyecto Regreso a Casa” —que incluía $1,000 en efectivo y un vuelo gratuito para salir de Estados Unidos— nunca recibieron el incentivo prometido. Entrevistas con participantes de México, Honduras y Guatemala mostraron tarjetas de pago que expiraron antes de ser activadas, fondos desviados a cuentas ajenas y callejones burocráticos cuando los migrantes intentaron reclamar el dinero al contratista del programa, Soterex Financial Services.
El Proyecto Regreso a Casa, lanzado en 2024 y ampliado por la administración Trump a mediados de 2025, busca reducir los costos de vuelos de deportación persuadiendo a los migrantes a salir voluntariamente. El DHS ha invertido cerca de $200 millones en publicidad en televisión y redes sociales para promover el programa y ha transferido $250 millones de fondos destinados a reasentamiento de refugiados para pagar los incentivos. Sin embargo, defensores denuncian que las reglas opacas y la falta de supervisión dejan a los migrantes con promesas incumplidas y les impiden regresar legalmente por al menos cinco años.
La investigación vincula a Soterex con un exfuncionario del Departamento de Estado que obtuvo un contrato sin licitación por $915 millones para gestionar pagos y logística. Abogados de inmigración sostienen que este acuerdo evade las normas federales de contratación y podría violar la Ley de Antideficiencia.
Empresas y migrantes que buscan alternativas claras y legales a programas polémicos como el Proyecto Regreso a Casa pueden recurrir a VisaHQ, que ofrece asistencia experta y simplificada para obtener visas de trabajo, viaje y residencia en EE.UU. Con seguimiento en tiempo real de las solicitudes y soporte dedicado, VisaHQ ayuda a evitar obstáculos burocráticos y garantiza que los empleadores cumplan con las normas migratorias vigentes. Más información en https://www.visahq.com/united-states/.
Para las empresas estadounidenses que dependen de mano de obra temporal, estas revelaciones representan un riesgo reputacional: algunos migrantes que se auto-deportaron eran elegibles para futuras visas H-2, pero ahora están excluidos. Los empleadores deben verificar el estatus de los trabajadores que se van y consultar con asesores legales antes de recomendar programas de retorno voluntario.
Los demócratas en el Congreso exigieron una auditoría de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental horas después de la publicación, mientras que el DHS afirmó que está “revisando el desempeño del contratista”. Grupos empresariales de inmigración instan al DHS a suspender nuevas inscripciones hasta resolver los fallos en los pagos, advirtiendo que la desconfianza podría empujar a los migrantes a rutas de reingreso no autorizadas y agravar la escasez de mano de obra.
El Proyecto Regreso a Casa, lanzado en 2024 y ampliado por la administración Trump a mediados de 2025, busca reducir los costos de vuelos de deportación persuadiendo a los migrantes a salir voluntariamente. El DHS ha invertido cerca de $200 millones en publicidad en televisión y redes sociales para promover el programa y ha transferido $250 millones de fondos destinados a reasentamiento de refugiados para pagar los incentivos. Sin embargo, defensores denuncian que las reglas opacas y la falta de supervisión dejan a los migrantes con promesas incumplidas y les impiden regresar legalmente por al menos cinco años.
La investigación vincula a Soterex con un exfuncionario del Departamento de Estado que obtuvo un contrato sin licitación por $915 millones para gestionar pagos y logística. Abogados de inmigración sostienen que este acuerdo evade las normas federales de contratación y podría violar la Ley de Antideficiencia.
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Para las empresas estadounidenses que dependen de mano de obra temporal, estas revelaciones representan un riesgo reputacional: algunos migrantes que se auto-deportaron eran elegibles para futuras visas H-2, pero ahora están excluidos. Los empleadores deben verificar el estatus de los trabajadores que se van y consultar con asesores legales antes de recomendar programas de retorno voluntario.
Los demócratas en el Congreso exigieron una auditoría de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental horas después de la publicación, mientras que el DHS afirmó que está “revisando el desempeño del contratista”. Grupos empresariales de inmigración instan al DHS a suspender nuevas inscripciones hasta resolver los fallos en los pagos, advirtiendo que la desconfianza podría empujar a los migrantes a rutas de reingreso no autorizadas y agravar la escasez de mano de obra.







