
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lanzó su advertencia más contundente hasta ahora a Bruselas, advirtiendo a los ministros el 17 de diciembre que Brasil “abandonará la mesa de negociaciones” si el acuerdo comercial largamente demorado entre el Mercosur y la Unión Europea no se concluye antes de fin de año.
Aunque se presenta como un acuerdo comercial, el pacto es de gran importancia para los gestores de movilidad global. De ser ratificado, eliminaría o reduciría drásticamente los aranceles sobre servicios profesionales, simplificaría las cuotas de permisos de trabajo para transferencias dentro de la empresa y crearía un comité conjunto para agilizar la documentación de viajeros de negocios entre los cuatro miembros del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) y los 27 países de la UE. Un fracaso o la retirada unilateral de Brasil dejaría a las multinacionales sin esa previsibilidad legal justo cuando planifican sus presupuestos de movilidad para 2026.
La molestia de Lula surge tras la nueva oposición de Francia e Italia, que alegan preocupaciones ambientales y agrícolas. La Comisión Europea había previsto una ceremonia de firma en Brasilia, pero París y Roma han pedido más tiempo, lo que empuja efectivamente cualquier votación en el Parlamento Europeo hasta 2026.
Para los exportadores brasileños, la amenaza busca presionar a la UE; para los equipos de RRHH y movilidad, introduce una nueva incertidumbre. Si las negociaciones fracasan, las empresas podrían tener que depender del mucho menos completo acuerdo de exención de visados de corta estancia entre la UE y Brasil (regla 90/180) o de acuerdos bilaterales de seguridad social que varían según el país. Los abogados advierten que los viajes por proyectos —auditorías de ingeniería, implementaciones de TI, monitoreo de ensayos clínicos— podrían volver a requerir visados de “visitante técnico” caso por caso, en lugar de estar cubiertos por un capítulo general de movilidad.
En este contexto, contar con apoyo especializado puede mitigar las interrupciones. El equipo de VisaHQ en Brasil (https://www.visahq.com/brazil/) monitorea en tiempo real el cambiante panorama regulatorio y puede gestionar permisos de visitante técnico, visados de negocios y documentos apostillados con poca antelación, ofreciendo a los gestores de movilidad un panel único para el cumplimiento de asignados en todos los estados del Mercosur.
Pasos prácticos a seguir: los departamentos de viajes corporativos deberían identificar las asignaciones previstas para el primer y segundo trimestre de 2026 que asumían una movilidad más libre bajo el acuerdo y preparar presupuestos de visados alternativos. Los reclutadores que trasladen talento de la UE a Brasil deben anticipar tiempos de espera más largos si la tensión política se extiende al nuevo año.
Aunque se presenta como un acuerdo comercial, el pacto es de gran importancia para los gestores de movilidad global. De ser ratificado, eliminaría o reduciría drásticamente los aranceles sobre servicios profesionales, simplificaría las cuotas de permisos de trabajo para transferencias dentro de la empresa y crearía un comité conjunto para agilizar la documentación de viajeros de negocios entre los cuatro miembros del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) y los 27 países de la UE. Un fracaso o la retirada unilateral de Brasil dejaría a las multinacionales sin esa previsibilidad legal justo cuando planifican sus presupuestos de movilidad para 2026.
La molestia de Lula surge tras la nueva oposición de Francia e Italia, que alegan preocupaciones ambientales y agrícolas. La Comisión Europea había previsto una ceremonia de firma en Brasilia, pero París y Roma han pedido más tiempo, lo que empuja efectivamente cualquier votación en el Parlamento Europeo hasta 2026.
Para los exportadores brasileños, la amenaza busca presionar a la UE; para los equipos de RRHH y movilidad, introduce una nueva incertidumbre. Si las negociaciones fracasan, las empresas podrían tener que depender del mucho menos completo acuerdo de exención de visados de corta estancia entre la UE y Brasil (regla 90/180) o de acuerdos bilaterales de seguridad social que varían según el país. Los abogados advierten que los viajes por proyectos —auditorías de ingeniería, implementaciones de TI, monitoreo de ensayos clínicos— podrían volver a requerir visados de “visitante técnico” caso por caso, en lugar de estar cubiertos por un capítulo general de movilidad.
En este contexto, contar con apoyo especializado puede mitigar las interrupciones. El equipo de VisaHQ en Brasil (https://www.visahq.com/brazil/) monitorea en tiempo real el cambiante panorama regulatorio y puede gestionar permisos de visitante técnico, visados de negocios y documentos apostillados con poca antelación, ofreciendo a los gestores de movilidad un panel único para el cumplimiento de asignados en todos los estados del Mercosur.
Pasos prácticos a seguir: los departamentos de viajes corporativos deberían identificar las asignaciones previstas para el primer y segundo trimestre de 2026 que asumían una movilidad más libre bajo el acuerdo y preparar presupuestos de visados alternativos. Los reclutadores que trasladen talento de la UE a Brasil deben anticipar tiempos de espera más largos si la tensión política se extiende al nuevo año.





