
Los viajeros que normalmente pasan sin problemas por la inmigración de EE. UU. bajo el Programa de Exención de Visa (VWP) pronto enfrentarán el mismo escrutinio digital que se aplica desde hace tiempo a los titulares de visa. Un borrador de norma presentado el fin de semana —y confirmado por el abogado de inmigración Benjamin Green en medios canadienses— autoriza a los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a solicitar cinco años de historial en redes sociales, diez años de direcciones de correo electrónico y todos los metadatos almacenados de teléfonos a cualquier persona que ingrese al país, incluidos ciudadanos de Canadá, Japón, Reino Unido y otras 37 naciones del VWP.
Las autoridades insisten en que esta facultad ya existe, pero la nueva regulación convierte esta práctica en algo rutinario en lugar de excepcional. Por ejemplo, a los canadienses se les podría pedir en los cruces terrestres que entreguen sus teléfonos desbloqueados; borrar aplicaciones o usar un teléfono “quemado” será considerado una señal de alerta. Negarse a cooperar sigue siendo legal, pero implicaría la denegación inmediata de la entrada.
Los viajeros que deben adaptarse a estos nuevos requisitos pueden agilizar el proceso usando VisaHQ, cuya plataforma digital monitorea las políticas fronterizas de EE. UU. en tiempo real, guía a los usuarios en la solicitud del ESTA y ofrece a las empresas un panel para gestionar múltiples viajes de empleados en un solo lugar. Más información está disponible en https://www.visahq.com/united-states/.
El sector de viajes de negocios está en alerta. La Asociación de Viajes de EE. UU. estima que los visitantes bajo el VWP representan casi el 40 % del gasto en viajes de negocios internacionales en el país. Inspecciones secundarias adicionales podrían traducirse en reuniones perdidas, conexiones más ajustadas y primas de seguro de viaje más altas para multinacionales. Las aerolíneas, obligadas a embarcar solo a pasajeros con ESTA aprobado, podrían necesitar nuevos procedimientos en las puertas de embarque para verificar el consentimiento de los viajeros a la revisión de dispositivos.
Para las empresas, la tarea inmediata es actualizar los códigos de conducta y las sesiones informativas previas al viaje: los viajeros deben estar preparados para preguntas sobre aplicaciones eliminadas, páginas “privadas” de Instagram o servicios de mensajería encriptada. Las compañías con estrictas normas de seguridad informática (por ejemplo, prohibiendo correos corporativos en dispositivos personales) deben diseñar soluciones, como teléfonos prestados, para evitar conflictos en la frontera.
Los interesados tienen 60 días para enviar comentarios una vez que la propuesta se publique en el Registro Federal. Se recomienda a los gestores de movilidad coordinar respuestas a través de coaliciones del sector (como GBTA, SHRM) para exigir límites claros en la retención de datos y procedimientos más rápidos para la apelación de entradas denegadas.
Las autoridades insisten en que esta facultad ya existe, pero la nueva regulación convierte esta práctica en algo rutinario en lugar de excepcional. Por ejemplo, a los canadienses se les podría pedir en los cruces terrestres que entreguen sus teléfonos desbloqueados; borrar aplicaciones o usar un teléfono “quemado” será considerado una señal de alerta. Negarse a cooperar sigue siendo legal, pero implicaría la denegación inmediata de la entrada.
Los viajeros que deben adaptarse a estos nuevos requisitos pueden agilizar el proceso usando VisaHQ, cuya plataforma digital monitorea las políticas fronterizas de EE. UU. en tiempo real, guía a los usuarios en la solicitud del ESTA y ofrece a las empresas un panel para gestionar múltiples viajes de empleados en un solo lugar. Más información está disponible en https://www.visahq.com/united-states/.
El sector de viajes de negocios está en alerta. La Asociación de Viajes de EE. UU. estima que los visitantes bajo el VWP representan casi el 40 % del gasto en viajes de negocios internacionales en el país. Inspecciones secundarias adicionales podrían traducirse en reuniones perdidas, conexiones más ajustadas y primas de seguro de viaje más altas para multinacionales. Las aerolíneas, obligadas a embarcar solo a pasajeros con ESTA aprobado, podrían necesitar nuevos procedimientos en las puertas de embarque para verificar el consentimiento de los viajeros a la revisión de dispositivos.
Para las empresas, la tarea inmediata es actualizar los códigos de conducta y las sesiones informativas previas al viaje: los viajeros deben estar preparados para preguntas sobre aplicaciones eliminadas, páginas “privadas” de Instagram o servicios de mensajería encriptada. Las compañías con estrictas normas de seguridad informática (por ejemplo, prohibiendo correos corporativos en dispositivos personales) deben diseñar soluciones, como teléfonos prestados, para evitar conflictos en la frontera.
Los interesados tienen 60 días para enviar comentarios una vez que la propuesta se publique en el Registro Federal. Se recomienda a los gestores de movilidad coordinar respuestas a través de coaliciones del sector (como GBTA, SHRM) para exigir límites claros en la retención de datos y procedimientos más rápidos para la apelación de entradas denegadas.







