
Un día antes de la escalada en Dorohusk, la Guardia Fronteriza de Polonia informó que ya había 1,900 camiones esperando en los pasos fronterizos de Rava-Ruska–Hrebenne, Krakivets–Korczowa y Yahodyn–Dorohusk, donde las protestas de transportistas entraban en su cuarta semana. Las autoridades señalaron que otros 900 camiones estaban atrapados en Shehyni–Medyka, a pesar de que ese punto nominalmente había sido desbloqueado.
El bloqueo forma parte de una campaña coordinada por empresas de transporte y agricultores polacos que argumentan que la liberalización de las normas de permisos entre la UE y Ucrania, así como las importaciones de granos, están perjudicando a los operadores nacionales. Aunque los vehículos particulares, autobuses y convoyes humanitarios pueden pasar, la carga comercial enfrenta graves cuellos de botella, con inventarios en almacenes del este de Polonia reduciéndose a niveles críticos.
Los equipos de movilidad corporativa que trasladan personal hacia o desde Ucrania deben prever retrasos de varios días en viajes para renovación de visados y envíos de efectos personales. Varias multinacionales han comenzado a desviar carga de alto valor a través de los puertos bálticos de Klaipėda y Gdańsk para evitar la zona de protesta.
Los negociadores gubernamentales se reunieron con representantes sindicales el 8 de diciembre, pero no lograron un acuerdo. Observadores señalan que las conversaciones se complican por la insistencia de Polonia en que cualquier solución respete los compromisos de acceso al mercado de la UE firmados con Kiev.
Se recomienda a las empresas mantener estrategias de inventario flexibles y preparar a sus empleados asignados sobre rutas alternativas de viaje por Eslovaquia o Hungría hasta que se restablezca el tráfico normal.
El bloqueo forma parte de una campaña coordinada por empresas de transporte y agricultores polacos que argumentan que la liberalización de las normas de permisos entre la UE y Ucrania, así como las importaciones de granos, están perjudicando a los operadores nacionales. Aunque los vehículos particulares, autobuses y convoyes humanitarios pueden pasar, la carga comercial enfrenta graves cuellos de botella, con inventarios en almacenes del este de Polonia reduciéndose a niveles críticos.
Los equipos de movilidad corporativa que trasladan personal hacia o desde Ucrania deben prever retrasos de varios días en viajes para renovación de visados y envíos de efectos personales. Varias multinacionales han comenzado a desviar carga de alto valor a través de los puertos bálticos de Klaipėda y Gdańsk para evitar la zona de protesta.
Los negociadores gubernamentales se reunieron con representantes sindicales el 8 de diciembre, pero no lograron un acuerdo. Observadores señalan que las conversaciones se complican por la insistencia de Polonia en que cualquier solución respete los compromisos de acceso al mercado de la UE firmados con Kiev.
Se recomienda a las empresas mantener estrategias de inventario flexibles y preparar a sus empleados asignados sobre rutas alternativas de viaje por Eslovaquia o Hungría hasta que se restablezca el tráfico normal.







