
En un cambio significativo para el panorama de la naturalización en Irlanda, el Departamento de Justicia confirmó que, a partir del 8 de diciembre de 2025, las personas que obtengan Protección Internacional (estatus de refugiado o subsidiario) deberán acumular cinco años de residencia computable antes de presentar una solicitud de ciudadanía, aumentando así el plazo de tres años que se aplicaba desde 2011. Las solicitudes presentadas antes de esta fecha seguirán bajo la normativa anterior; todas las nuevas deberán cumplir con el requisito más estricto.
Las autoridades señalan que este ajuste alinea a Irlanda con las “mejores prácticas” de la UE y alivia la presión administrativa sobre la División de Ciudadanía, que ha gestionado un volumen récord de solicitudes: en 2024 se emitieron más de 24,000 decisiones, casi el doble que antes de la pandemia. El gobierno también destaca la reducción en los tiempos de tramitación de asilo —ahora en promedio seis meses— como motivo para estandarizar los requisitos de residencia.
Grupos de defensa de refugiados han criticado la medida, considerándola un retroceso para la integración. El Irish Refugee Council sostiene que extender la espera dos años más podría retrasar el acceso a la plena movilidad laboral y a los derechos de libre circulación en la UE, desalentando potencialmente a refugiados cualificados a establecerse definitivamente.
Para los empleadores, el plazo más largo puede afectar la planificación de personal para contrataciones con alto potencial que dependen de la ciudadanía para asignaciones dentro de la UE. Los equipos de movilidad deben actualizar los cronogramas de reubicación y comunicar el cambio a los socios de recursos humanos y asesores externos.
La nueva norma forma parte de un paquete más amplio de reformas en el ámbito de Justicia —que incluye requisitos más estrictos sobre buen carácter y pruebas de autosuficiencia— que se espera se incorporen en el próximo Proyecto de Ley de Protección Internacional 2025.
Las autoridades señalan que este ajuste alinea a Irlanda con las “mejores prácticas” de la UE y alivia la presión administrativa sobre la División de Ciudadanía, que ha gestionado un volumen récord de solicitudes: en 2024 se emitieron más de 24,000 decisiones, casi el doble que antes de la pandemia. El gobierno también destaca la reducción en los tiempos de tramitación de asilo —ahora en promedio seis meses— como motivo para estandarizar los requisitos de residencia.
Grupos de defensa de refugiados han criticado la medida, considerándola un retroceso para la integración. El Irish Refugee Council sostiene que extender la espera dos años más podría retrasar el acceso a la plena movilidad laboral y a los derechos de libre circulación en la UE, desalentando potencialmente a refugiados cualificados a establecerse definitivamente.
Para los empleadores, el plazo más largo puede afectar la planificación de personal para contrataciones con alto potencial que dependen de la ciudadanía para asignaciones dentro de la UE. Los equipos de movilidad deben actualizar los cronogramas de reubicación y comunicar el cambio a los socios de recursos humanos y asesores externos.
La nueva norma forma parte de un paquete más amplio de reformas en el ámbito de Justicia —que incluye requisitos más estrictos sobre buen carácter y pruebas de autosuficiencia— que se espera se incorporen en el próximo Proyecto de Ley de Protección Internacional 2025.







