
Los viajeros frecuentes que utilizan el Aeropuerto de Zúrich pronto podrán dejar botellas de champú y laptops en su equipaje de mano. El operador aeroportuario Flughafen Zürich AG confirmó el 8 de diciembre que se están instalando 26 escáneres de tomografía computarizada (TC) de última generación en todos los puntos de control de salida. Esta semana se activaron tres carriles, lo que generó colas de 30 minutos mientras el personal completaba su formación, pero la dirección asegura que esta ralentización temporal se traducirá en un aumento del flujo de pasajeros del 30-40 % una vez que todos los carriles estén actualizados.
La tecnología TC genera imágenes en 3D que permiten detectar explosivos dentro de bolsas con objetos variados, lo que significa que los agentes de seguridad ya no necesitarán que los pasajeros retiren líquidos o dispositivos electrónicos. Este cambio sitúa a Suiza por delante de la mayoría de sus socios del espacio Schengen y a la par con aeropuertos como London City y Ámsterdam Schiphol, que ya eliminaron el límite de 100 mililitros para líquidos.
Las autoridades aeroportuarias planean un despliegue escalonado: ocho máquinas adicionales llegarán en enero y toda la flota debería estar operativa para mayo de 2026, justo a tiempo para la temporada alta de verano. La restricción de 100 ml desaparecerá formalmente cuando Zúrich modifique su ordenanza aeroportuaria en junio próximo; una campaña de información pública comenzará en primavera para evitar confusiones. Los aeropuertos de Ginebra y Basilea han lanzado licitaciones separadas y se espera que sigan el ejemplo de Zúrich en 2027.
Para los gestores de viajes corporativos, esta mejora elimina uno de los principales puntos de fricción en los itinerarios suizos. Los viajeros ejecutivos podrían ahorrar entre cinco y diez minutos en cada control de seguridad, mientras que las aerolíneas esperan que una seguridad más rápida les permita rotar los aviones con mayor rapidez y reducir las compensaciones por conexiones perdidas bajo la normativa EU-261. En un centro que maneja más de 30 millones de pasajeros al año, incluso pequeñas mejoras en la eficiencia pueden liberar plazas adicionales en las horas punta, una noticia bienvenida para las empresas que trasladan personal a los crecientes clústeres de ciencias de la vida y fintech de Zúrich.
La tecnología TC genera imágenes en 3D que permiten detectar explosivos dentro de bolsas con objetos variados, lo que significa que los agentes de seguridad ya no necesitarán que los pasajeros retiren líquidos o dispositivos electrónicos. Este cambio sitúa a Suiza por delante de la mayoría de sus socios del espacio Schengen y a la par con aeropuertos como London City y Ámsterdam Schiphol, que ya eliminaron el límite de 100 mililitros para líquidos.
Las autoridades aeroportuarias planean un despliegue escalonado: ocho máquinas adicionales llegarán en enero y toda la flota debería estar operativa para mayo de 2026, justo a tiempo para la temporada alta de verano. La restricción de 100 ml desaparecerá formalmente cuando Zúrich modifique su ordenanza aeroportuaria en junio próximo; una campaña de información pública comenzará en primavera para evitar confusiones. Los aeropuertos de Ginebra y Basilea han lanzado licitaciones separadas y se espera que sigan el ejemplo de Zúrich en 2027.
Para los gestores de viajes corporativos, esta mejora elimina uno de los principales puntos de fricción en los itinerarios suizos. Los viajeros ejecutivos podrían ahorrar entre cinco y diez minutos en cada control de seguridad, mientras que las aerolíneas esperan que una seguridad más rápida les permita rotar los aviones con mayor rapidez y reducir las compensaciones por conexiones perdidas bajo la normativa EU-261. En un centro que maneja más de 30 millones de pasajeros al año, incluso pequeñas mejoras en la eficiencia pueden liberar plazas adicionales en las horas punta, una noticia bienvenida para las empresas que trasladan personal a los crecientes clústeres de ciencias de la vida y fintech de Zúrich.





