
Las cifras publicadas el 7 de diciembre de 2025 revelan que dos residentes han fallecido en los centros del Servicio de Alojamiento para Protección Internacional (IPAS) desde enero, mientras que el número total de ‘incidentes críticos’ registrados —incluyendo agresiones, incendios y emergencias médicas graves— ha aumentado a 61. Los defensores señalan que estos datos evidencian cómo el hacinamiento y la falta de personal están tensionando unas instalaciones que originalmente fueron diseñadas como albergues temporales y no como alojamientos de larga estancia.
IPAS, que actualmente alberga a unos 33,000 solicitantes de asilo en más de 320 ubicaciones, atribuye este aumento en parte al elevado número de residentes y a las complejas necesidades de personas que huyen de experiencias traumáticas. La agencia ha solicitado fondos adicionales para incorporar consejeros de salud mental y personal de seguridad, además de acelerar las mejoras en seguridad contra incendios en hoteles antiguos convertidos durante la pandemia.
Para las empresas que utilizan Irlanda como centro europeo, el informe es un recordatorio de que las evaluaciones de bienestar de los empleados deben ir más allá del lugar de trabajo. Los responsables de reubicación están gestionando cada vez más el registro con médicos privados y el acceso a programas de asistencia para empleados para los familiares dependientes que aún pueden estar viviendo en alojamientos de IPAS durante el proceso de obtención del permiso de trabajo.
Expertos legales advierten que nuevos incidentes de alto perfil podrían desencadenar regímenes de inspección más estrictos e incluso la suspensión temporal de algunos centros, lo que provocaría desplazamientos repentinos de residentes y una nueva presión sobre los mercados de vivienda. El Gobierno insiste en que el sistema sigue siendo seguro en general, pero reconoce la urgente necesidad de instalaciones de recepción permanentes y diseñadas específicamente para este fin.
Grupos empresariales como IBEC reclaman mayor transparencia, argumentando que condiciones de recepción previsibles y humanas son esenciales para proteger la reputación internacional de Irlanda y su capacidad para atraer talento móvil.
IPAS, que actualmente alberga a unos 33,000 solicitantes de asilo en más de 320 ubicaciones, atribuye este aumento en parte al elevado número de residentes y a las complejas necesidades de personas que huyen de experiencias traumáticas. La agencia ha solicitado fondos adicionales para incorporar consejeros de salud mental y personal de seguridad, además de acelerar las mejoras en seguridad contra incendios en hoteles antiguos convertidos durante la pandemia.
Para las empresas que utilizan Irlanda como centro europeo, el informe es un recordatorio de que las evaluaciones de bienestar de los empleados deben ir más allá del lugar de trabajo. Los responsables de reubicación están gestionando cada vez más el registro con médicos privados y el acceso a programas de asistencia para empleados para los familiares dependientes que aún pueden estar viviendo en alojamientos de IPAS durante el proceso de obtención del permiso de trabajo.
Expertos legales advierten que nuevos incidentes de alto perfil podrían desencadenar regímenes de inspección más estrictos e incluso la suspensión temporal de algunos centros, lo que provocaría desplazamientos repentinos de residentes y una nueva presión sobre los mercados de vivienda. El Gobierno insiste en que el sistema sigue siendo seguro en general, pero reconoce la urgente necesidad de instalaciones de recepción permanentes y diseñadas específicamente para este fin.
Grupos empresariales como IBEC reclaman mayor transparencia, argumentando que condiciones de recepción previsibles y humanas son esenciales para proteger la reputación internacional de Irlanda y su capacidad para atraer talento móvil.








