
Apenas una semana después de que una llamada de emergencia para actualizar el software del Airbus A320 dejara en tierra a 34 aviones de Jetstar, la aerolínea de bajo costo sigue luchando por estabilizar su horario. Desde la noche del sábado hasta el domingo 6 y 7 de diciembre, Jetstar registró diez cancelaciones y más de cien retrasos en Sydney, Melbourne, Brisbane y aeropuertos secundarios como Cairns, según Travel & Tour World.
La aerolínea informó a los medios que los ingenieros ya completaron la degradación obligatoria del software en todos los aviones afectados, pero los horarios de la tripulación siguen “desajustados”. Con muchos pilotos agotados por las normas de gestión de fatiga, se consolidaron o cancelaron vuelos. Qantas y Virgin Australia —que ya operan cerca de su capacidad máxima— absorbieron a algunos pasajeros desplazados, lo que generó retrasos adicionales en sus propias redes.
Para los equipos de movilidad, la lección es el tiempo: incluso después de levantar una suspensión técnica, las regulaciones sobre horas laborales pueden prolongar las interrupciones durante días. Los empleadores que repatrían personal al finalizar contratos deben confirmar las conexiones domésticas posteriores y considerar billetes flexibles. Jetstar ha extendido su política de cambios sin cargo hasta el 10 de diciembre y ofrece alojamiento nocturno cuando es necesario.
De cara al futuro, los analistas advierten que el ajustado mercado laboral de pilotos en Australia mantendrá a las aerolíneas vulnerables a retrasos en cadena cada vez que ocurra un choque externo —ya sea por clima, tecnología o personal—. Las empresas con viajes críticos deberían mantener reservas alternativas en otras aerolíneas y monitorear en tiempo real las alertas de Duty of Care.
La aerolínea informó a los medios que los ingenieros ya completaron la degradación obligatoria del software en todos los aviones afectados, pero los horarios de la tripulación siguen “desajustados”. Con muchos pilotos agotados por las normas de gestión de fatiga, se consolidaron o cancelaron vuelos. Qantas y Virgin Australia —que ya operan cerca de su capacidad máxima— absorbieron a algunos pasajeros desplazados, lo que generó retrasos adicionales en sus propias redes.
Para los equipos de movilidad, la lección es el tiempo: incluso después de levantar una suspensión técnica, las regulaciones sobre horas laborales pueden prolongar las interrupciones durante días. Los empleadores que repatrían personal al finalizar contratos deben confirmar las conexiones domésticas posteriores y considerar billetes flexibles. Jetstar ha extendido su política de cambios sin cargo hasta el 10 de diciembre y ofrece alojamiento nocturno cuando es necesario.
De cara al futuro, los analistas advierten que el ajustado mercado laboral de pilotos en Australia mantendrá a las aerolíneas vulnerables a retrasos en cadena cada vez que ocurra un choque externo —ya sea por clima, tecnología o personal—. Las empresas con viajes críticos deberían mantener reservas alternativas en otras aerolíneas y monitorear en tiempo real las alertas de Duty of Care.






