
El Ministerio Federal del Interior de Alemania ha prorrogado discretamente los controles "temporales" que reintrodujo en las nueve fronteras terrestres del país a mediados de septiembre. Un aviso publicado en el Bundesanzeiger el 29 de diciembre confirma que los controles aleatorios de identidad por parte de la Bundespolizei continuarán al menos hasta el 15 de marzo de 2026, el período máximo permitido por el Código de Fronteras Schengen sin la aprobación explícita de la Comisión Europea.
En la práctica, esto significa que coches, autobuses y trenes que entren a Alemania desde Austria, República Checa, Polonia, Dinamarca, Países Bajos, Luxemburgo, Francia y Suiza pueden ser detenidos al azar, y los agentes tienen derecho a solicitar pasaportes, tarjetas de residencia, comprobantes de alojamiento o fondos y, en algunos casos, a denegar la entrada. Aunque los controles están oficialmente dirigidos a desmantelar redes de contrabando y frenar los "movimientos secundarios" de solicitantes de asilo por la ruta balcánica, los viajeros de negocios y los trabajadores transfronterizos sentirán el impacto inmediato en forma de tiempos de viaje más largos y la necesidad de llevar documentación adicional.
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Se recomienda a los equipos de movilidad corporativa que informen a su personal y asignados para que lleven siempre consigo el pasaporte (o el DNI nacional para ciudadanos de la UE), incluso en desplazamientos rutinarios en trenes regionales o vehículos de empresa. Los empleados no comunitarios que normalmente usan tarjetas electrónicas de residencia deberían llevar también el pasaporte, ya que algunos agentes de primera línea están solicitando ambos documentos. Los proveedores logísticos ya reportan retrasos de 30 a 45 minutos por camión en pasos fronterizos clave, un coste que empieza a repercutir en los cargadores.
Políticamente, esta extensión lleva a Berlín al límite de lo permitido por la legislación europea. Cualquier prórroga más allá de mediados de marzo requeriría la aprobación de la Comisión, lo que probablemente desatará un debate a principios de la primavera. La ministra del Interior, Nancy Faeser, defendió la decisión argumentando que "las redes de contrabando se adaptan rápidamente y siguen siendo una amenaza seria para el orden público", pero los críticos —incluidas las Cámaras de Comercio alemanas— advierten que las prórrogas continuas corren el riesgo de normalizar una medida de emergencia y socavar el principio de libre circulación dentro de Schengen.
Por ahora, los gestores de viajes deberían añadir tiempo extra a los itinerarios, recordar al personal que viaje con identificación completa y vigilar si los países vecinos adoptan medidas recíprocas. Austria ya ha insinuado que podría prolongar sus propios controles en la frontera con Eslovenia si Alemania mantiene su régimen, lo que complicaría aún más los corredores viales de Europa Central.
En la práctica, esto significa que coches, autobuses y trenes que entren a Alemania desde Austria, República Checa, Polonia, Dinamarca, Países Bajos, Luxemburgo, Francia y Suiza pueden ser detenidos al azar, y los agentes tienen derecho a solicitar pasaportes, tarjetas de residencia, comprobantes de alojamiento o fondos y, en algunos casos, a denegar la entrada. Aunque los controles están oficialmente dirigidos a desmantelar redes de contrabando y frenar los "movimientos secundarios" de solicitantes de asilo por la ruta balcánica, los viajeros de negocios y los trabajadores transfronterizos sentirán el impacto inmediato en forma de tiempos de viaje más largos y la necesidad de llevar documentación adicional.
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Políticamente, esta extensión lleva a Berlín al límite de lo permitido por la legislación europea. Cualquier prórroga más allá de mediados de marzo requeriría la aprobación de la Comisión, lo que probablemente desatará un debate a principios de la primavera. La ministra del Interior, Nancy Faeser, defendió la decisión argumentando que "las redes de contrabando se adaptan rápidamente y siguen siendo una amenaza seria para el orden público", pero los críticos —incluidas las Cámaras de Comercio alemanas— advierten que las prórrogas continuas corren el riesgo de normalizar una medida de emergencia y socavar el principio de libre circulación dentro de Schengen.
Por ahora, los gestores de viajes deberían añadir tiempo extra a los itinerarios, recordar al personal que viaje con identificación completa y vigilar si los países vecinos adoptan medidas recíprocas. Austria ya ha insinuado que podría prolongar sus propios controles en la frontera con Eslovenia si Alemania mantiene su régimen, lo que complicaría aún más los corredores viales de Europa Central.







