
El Defensor Federal de la Aviación de Bélgica, Philippe Touwaide, respondió el 29 de diciembre a varios alcaldes de Bruselas, acusándolos de hacer declaraciones “difamatorias y engañosas” sobre los cambios temporales en las rutas de vuelo en el Aeropuerto de Bruselas. Touwaide insiste en que el desvío por el norte de la ciudad es “estrictamente por motivos de seguridad” y se levantará una vez que finalicen los trabajos de mantenimiento de la pista a mediados de enero.
La intervención del defensor profundiza la división entre los reguladores federales y los políticos locales, quienes afirman que los residentes están siendo usados como “amortiguadores humanos” para las operaciones aeroportuarias. Touwaide argumentó que las condiciones meteorológicas extraordinarias y los fuertes vientos cruzados obligaron a los controladores a utilizar la controvertida trayectoria 07L con más frecuencia de lo previsto. Instó a los alcaldes a “dejar de calentar la opinión pública” y a colaborar con la autoridad de aviación en estrategias a largo plazo para mitigar el ruido.
Para los equipos de Recursos Humanos y movilidad global, esta disputa pone de manifiesto la fragmentación del gobierno en Bélgica: líderes comunales, ministros regionales y el nivel federal comparten competencias superpuestas en transporte. Las empresas que trasladan personal a Bruselas deben estar atentas a posibles nuevos toques de queda o límites de vuelos, ya que podrían afectar las conexiones nocturnas tan valoradas por los viajeros de negocios.
En medio de esta incertidumbre, la plataforma de VisaHQ para Bélgica (https://www.visahq.com/belgium/) puede al menos aliviar a las empresas de los trámites de visados y permisos de trabajo. Su panel de autoservicio permite a los equipos de RRHH consultar requisitos de entrada, presentar solicitudes en línea y seguir las aprobaciones en tiempo real, para que el personal afectado por cambios de última hora no sufra más complicaciones administrativas.
Analistas legales señalan que si los alcaldes recurren a la vía judicial, los jueces podrían imponer restricciones provisionales de vuelo, alterando los horarios de invierno. Las aerolíneas han advertido que cualquier toque de queda repentino les obligaría a reducir frecuencias o a desviar vuelos por hubs secundarios, aumentando los costos para los programas de viajes corporativos.
La intervención del defensor profundiza la división entre los reguladores federales y los políticos locales, quienes afirman que los residentes están siendo usados como “amortiguadores humanos” para las operaciones aeroportuarias. Touwaide argumentó que las condiciones meteorológicas extraordinarias y los fuertes vientos cruzados obligaron a los controladores a utilizar la controvertida trayectoria 07L con más frecuencia de lo previsto. Instó a los alcaldes a “dejar de calentar la opinión pública” y a colaborar con la autoridad de aviación en estrategias a largo plazo para mitigar el ruido.
Para los equipos de Recursos Humanos y movilidad global, esta disputa pone de manifiesto la fragmentación del gobierno en Bélgica: líderes comunales, ministros regionales y el nivel federal comparten competencias superpuestas en transporte. Las empresas que trasladan personal a Bruselas deben estar atentas a posibles nuevos toques de queda o límites de vuelos, ya que podrían afectar las conexiones nocturnas tan valoradas por los viajeros de negocios.
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Analistas legales señalan que si los alcaldes recurren a la vía judicial, los jueces podrían imponer restricciones provisionales de vuelo, alterando los horarios de invierno. Las aerolíneas han advertido que cualquier toque de queda repentino les obligaría a reducir frecuencias o a desviar vuelos por hubs secundarios, aumentando los costos para los programas de viajes corporativos.





