
Los ministros franceses y británicos esperaban que el nuevo mandato de intercepción en el mar, acordado en julio, estuviera operativo para enero, lo que permitiría a los oficiales franceses inutilizar lanchas motoras hasta a 300 metros de las playas del Pas-de-Calais antes de que los migrantes abordaran. Pero el sábado 28 de diciembre, los sindicatos Alliance y UNSA-Police instruyeron públicamente a sus miembros a no actuar, advirtiendo que cualquier maniobra que provocara un vuelco podría exponer a los oficiales a cargos de homicidio involuntario. El Ministerio del Interior confirmó que los fiscales franceses no otorgarán inmunidad general, congelando efectivamente el programa.
Este enfrentamiento deja un paquete de cooperación franco-británico de 800 millones de libras sin su principal medida disuasoria. El Reino Unido había financiado drones, cercas costeras y 700 gendarmes adicionales con la condición de que Francia actuara “más lejos en el mar”. Más de 37,000 personas ya han cruzado el Canal en 2025, y el pasado sábado se estableció un récord para diciembre con 803 llegadas. El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, enfrenta presión interna para mostrar resultados rápidos tras calificar los cruces en pequeñas embarcaciones como la “prioridad número uno” de su gobierno.
En este contexto incierto, los departamentos de movilidad pueden agilizar los permisos de viaje individuales recurriendo a VisaHQ. A través de su portal para Francia (https://www.visahq.com/france/), el servicio ofrece información actualizada sobre visados y apoyo en la solicitud tanto para entradas al espacio Schengen como al Reino Unido, ayudando a los empleadores a mantener los traslados y viajes de negocios en tiempo, incluso cuando las políticas fronterizas están en constante cambio.
Legalmente, Francia está dividida entre el deber de salvar vidas en el mar y una resolución del Consejo de Estado de 2012 que prohíbe el uso de la fuerza contra embarcaciones con pasajeros salvo en circunstancias extremas. Abogados marítimos señalan que una vez que los migrantes están a bordo, las embarcaciones se consideran “buques en peligro”, obligando a las marinas francesa y británica a priorizar el rescate sobre la aplicación de la ley. Los sindicatos argumentan que inutilizar hélices o desplegar barreras flotantes en aguas poco profundas crea un riesgo inaceptable de ahogamiento.
Para los gestores de movilidad, el estancamiento implica que el statu quo operativo continuará en 2026: Gran Bretaña seguirá financiando patrullas en las playas francesas, y los solicitantes de asilo que lleguen a aguas británicas seguirán siendo procesados en el Reino Unido. Por tanto, las empresas que trasladan talento entre ambos países deben planificar retrasos continuos en los terminales de Dover, Folkestone y Eurotúnel cada vez que las condiciones climáticas favorezcan los cruces. Los equipos de cumplimiento también deben vigilar posibles cambios en la política si Londres opta por procesamientos en terceros países o endurece las normas de visado ante el aumento de llegadas.
Este enfrentamiento deja un paquete de cooperación franco-británico de 800 millones de libras sin su principal medida disuasoria. El Reino Unido había financiado drones, cercas costeras y 700 gendarmes adicionales con la condición de que Francia actuara “más lejos en el mar”. Más de 37,000 personas ya han cruzado el Canal en 2025, y el pasado sábado se estableció un récord para diciembre con 803 llegadas. El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, enfrenta presión interna para mostrar resultados rápidos tras calificar los cruces en pequeñas embarcaciones como la “prioridad número uno” de su gobierno.
En este contexto incierto, los departamentos de movilidad pueden agilizar los permisos de viaje individuales recurriendo a VisaHQ. A través de su portal para Francia (https://www.visahq.com/france/), el servicio ofrece información actualizada sobre visados y apoyo en la solicitud tanto para entradas al espacio Schengen como al Reino Unido, ayudando a los empleadores a mantener los traslados y viajes de negocios en tiempo, incluso cuando las políticas fronterizas están en constante cambio.
Legalmente, Francia está dividida entre el deber de salvar vidas en el mar y una resolución del Consejo de Estado de 2012 que prohíbe el uso de la fuerza contra embarcaciones con pasajeros salvo en circunstancias extremas. Abogados marítimos señalan que una vez que los migrantes están a bordo, las embarcaciones se consideran “buques en peligro”, obligando a las marinas francesa y británica a priorizar el rescate sobre la aplicación de la ley. Los sindicatos argumentan que inutilizar hélices o desplegar barreras flotantes en aguas poco profundas crea un riesgo inaceptable de ahogamiento.
Para los gestores de movilidad, el estancamiento implica que el statu quo operativo continuará en 2026: Gran Bretaña seguirá financiando patrullas en las playas francesas, y los solicitantes de asilo que lleguen a aguas británicas seguirán siendo procesados en el Reino Unido. Por tanto, las empresas que trasladan talento entre ambos países deben planificar retrasos continuos en los terminales de Dover, Folkestone y Eurotúnel cada vez que las condiciones climáticas favorezcan los cruces. Los equipos de cumplimiento también deben vigilar posibles cambios en la política si Londres opta por procesamientos en terceros países o endurece las normas de visado ante el aumento de llegadas.






