
Los viajeros de negocios chipriotas, acostumbrados a pagar por una visa “adhesiva” al llegar a Estambul, Antalya u otras entradas turcas, tienen solo unos días antes de que esta opción desaparezca para siempre. En un aviso publicado a última hora del 27 de diciembre, Ankara confirmó que, a partir del 2 de enero de 2026, los titulares de pasaportes de la República de Chipre deberán obtener una visa electrónica con antelación o solicitarla en persona en una embajada o consulado turco. La opción de la visa adhesiva, vigente desde los años 90 como una solución práctica durante periodos de tensión política, será eliminada por completo.
Para los responsables de movilidad corporativa, este cambio va más allá de un simple trámite. En 2025, alrededor de 80,000 ciudadanos chipriotas ingresaron a Turquía por turismo, proyectos navieros y de construcción; muchos confiaban en la facilidad de pagar en la frontera. La autorización previa ahora implica añadir tiempo extra a los itinerarios, verificar que los viajeros tengan una tarjeta de crédito válida y un pasaporte con al menos seis meses de vigencia, además de presupuestar la tarifa actual de 60 dólares estadounidenses por la e-visa. Los viajeros sin e-visa corren el riesgo de que las aerolíneas les nieguen el embarque o de ser rechazados al llegar.
En este contexto, las empresas chipriotas podrían encontrar más rápido y seguro delegar estos trámites a VisaHQ. A través de su portal dedicado a Chipre (https://www.visahq.com/cyprus/), el proveedor ofrece aplicaciones paso a paso para la e-visa, revisiones previas de documentos y actualizaciones en tiempo real, además de gestionar envíos por mensajería para quienes aún necesiten la visa adhesiva consular. Este servicio puede minimizar rechazos y liberar al personal de movilidad para otras tareas.
Los asesores migratorios advierten que la alternativa —una visa de entradas múltiples emitida por la embajada— puede tardar más de dos semanas, poniendo en riesgo la movilización urgente de ingenieros y auditores a los sitios de trabajo en Turquía. Se recomienda a las empresas con equipos rotativos en Estambul, Ankara o Esmirna mantener personal de reserva o canalizar reuniones a través de Atenas o Dubái hasta que el nuevo sistema se estabilice. La planificación de contingencias es especialmente crucial en sectores como el naviero, donde los cambios de tripulación suelen ser de última hora.
Los diplomáticos interpretan esta medida como parte de la estrategia más amplia de digitalización fronteriza de Turquía y su estancada solicitud de liberalización de visados con la UE, más que como una respuesta directa al impulso de Chipre por unirse a Schengen en 2026. No obstante, el requisito iguala a los ciudadanos chipriotas con la mayoría de los viajeros no comunitarios a Turquía y subraya una tendencia regional hacia el control previo al viaje. Los equipos de movilidad deben actualizar de inmediato las políticas internas, distribuir guías para la solicitud de e-visa y recordar a los viajeros que el proceso en línea suele tardar 24 horas, aunque puede extenderse en picos de festivos.
Para los responsables de movilidad corporativa, este cambio va más allá de un simple trámite. En 2025, alrededor de 80,000 ciudadanos chipriotas ingresaron a Turquía por turismo, proyectos navieros y de construcción; muchos confiaban en la facilidad de pagar en la frontera. La autorización previa ahora implica añadir tiempo extra a los itinerarios, verificar que los viajeros tengan una tarjeta de crédito válida y un pasaporte con al menos seis meses de vigencia, además de presupuestar la tarifa actual de 60 dólares estadounidenses por la e-visa. Los viajeros sin e-visa corren el riesgo de que las aerolíneas les nieguen el embarque o de ser rechazados al llegar.
En este contexto, las empresas chipriotas podrían encontrar más rápido y seguro delegar estos trámites a VisaHQ. A través de su portal dedicado a Chipre (https://www.visahq.com/cyprus/), el proveedor ofrece aplicaciones paso a paso para la e-visa, revisiones previas de documentos y actualizaciones en tiempo real, además de gestionar envíos por mensajería para quienes aún necesiten la visa adhesiva consular. Este servicio puede minimizar rechazos y liberar al personal de movilidad para otras tareas.
Los asesores migratorios advierten que la alternativa —una visa de entradas múltiples emitida por la embajada— puede tardar más de dos semanas, poniendo en riesgo la movilización urgente de ingenieros y auditores a los sitios de trabajo en Turquía. Se recomienda a las empresas con equipos rotativos en Estambul, Ankara o Esmirna mantener personal de reserva o canalizar reuniones a través de Atenas o Dubái hasta que el nuevo sistema se estabilice. La planificación de contingencias es especialmente crucial en sectores como el naviero, donde los cambios de tripulación suelen ser de última hora.
Los diplomáticos interpretan esta medida como parte de la estrategia más amplia de digitalización fronteriza de Turquía y su estancada solicitud de liberalización de visados con la UE, más que como una respuesta directa al impulso de Chipre por unirse a Schengen en 2026. No obstante, el requisito iguala a los ciudadanos chipriotas con la mayoría de los viajeros no comunitarios a Turquía y subraya una tendencia regional hacia el control previo al viaje. Los equipos de movilidad deben actualizar de inmediato las políticas internas, distribuir guías para la solicitud de e-visa y recordar a los viajeros que el proceso en línea suele tardar 24 horas, aunque puede extenderse en picos de festivos.









