
Con la temporada navideña en su apogeo, se advierte a los conductores y viajeros checos que se preparen para congestiones tanto en carreteras como en aeropuertos. Un informe de Expats.cz y un análisis de VisaHQ destacan el impacto combinado de la extensión por seis meses de los controles en la frontera con Austria, las inspecciones en Alemania y las fallas recurrentes en el nuevo Sistema de Entrada/Salida Schengen (EES).
En las carreteras, los conductores que usan pasos secundarios como Slavonice, Nové Hrady y Valtice han reportado colas de hasta 45 minutos, mientras que los pasajeros de tren en las rutas Praga–Viena y Praga–Dresde enfrentan inspecciones de identidad a bordo que pueden añadir 20 minutos al viaje. Según el Ministerio de Transporte checo, las nevadas y el aumento del tráfico navideño podrían prolongar aún más las esperas.
Para reducir esta incertidumbre, viajeros y equipos de movilidad pueden apoyarse en las herramientas de asesoría en tiempo real de VisaHQ. El portal dedicado a la República Checa (https://www.visahq.com/czech-republic/) reúne reglas de entrada, calculadoras de validez de pasaportes y alertas sobre interrupciones operativas, ayudando a los usuarios a obtener los documentos correctos y evitar sorpresas de último momento tanto en las fronteras terrestres como en el Aeropuerto de Praga.
En el aire, los quioscos biométricos del Aeropuerto de Praga pueden procesar a pasajeros no pertenecientes a la UE en ocho minutos, cuando funcionan correctamente. Dos fallos en la última semana provocaron filas que llegaban hasta las tiendas duty-free, lo que llevó a las aerolíneas a recomendar a los pasajeros de clase económica llegar tres horas antes de la salida hasta el 7 de enero. Consultores de movilidad de AON calculan que cada hora de productividad perdida cuesta a los empleadores unos 68 € por viajero, considerando salarios y gastos generales.
Las respuestas corporativas varían: algunas empresas están trasladando reuniones a formato online; otras desvían al personal por Múnich o Fráncfort; y algunas incluso ofrecen días de ‘bleisure’ para compensar la fatiga del viaje. Los gestores de viajes deben recordar a los titulares de permisos de residencia que el EES no les aplica, aunque pueden ser dirigidos a la misma fila. Llevar la tarjeta biométrica de residencia checa y solicitar proactivamente el carril de la UE/EEE puede reducir minutos en el proceso.
Lista de acciones recomendadas: 1) monitorear aplicaciones de espera en fronteras en tiempo real; 2) aconsejar flexibilidad en la compra de billetes; 3) verificar que los pasaportes de los empleados tengan al menos tres meses de validez tras el viaje; y 4) mantener canales de comunicación en tiempo real para que los asignados puedan informar a Recursos Humanos sobre retrasos inesperados.
En las carreteras, los conductores que usan pasos secundarios como Slavonice, Nové Hrady y Valtice han reportado colas de hasta 45 minutos, mientras que los pasajeros de tren en las rutas Praga–Viena y Praga–Dresde enfrentan inspecciones de identidad a bordo que pueden añadir 20 minutos al viaje. Según el Ministerio de Transporte checo, las nevadas y el aumento del tráfico navideño podrían prolongar aún más las esperas.
Para reducir esta incertidumbre, viajeros y equipos de movilidad pueden apoyarse en las herramientas de asesoría en tiempo real de VisaHQ. El portal dedicado a la República Checa (https://www.visahq.com/czech-republic/) reúne reglas de entrada, calculadoras de validez de pasaportes y alertas sobre interrupciones operativas, ayudando a los usuarios a obtener los documentos correctos y evitar sorpresas de último momento tanto en las fronteras terrestres como en el Aeropuerto de Praga.
En el aire, los quioscos biométricos del Aeropuerto de Praga pueden procesar a pasajeros no pertenecientes a la UE en ocho minutos, cuando funcionan correctamente. Dos fallos en la última semana provocaron filas que llegaban hasta las tiendas duty-free, lo que llevó a las aerolíneas a recomendar a los pasajeros de clase económica llegar tres horas antes de la salida hasta el 7 de enero. Consultores de movilidad de AON calculan que cada hora de productividad perdida cuesta a los empleadores unos 68 € por viajero, considerando salarios y gastos generales.
Las respuestas corporativas varían: algunas empresas están trasladando reuniones a formato online; otras desvían al personal por Múnich o Fráncfort; y algunas incluso ofrecen días de ‘bleisure’ para compensar la fatiga del viaje. Los gestores de viajes deben recordar a los titulares de permisos de residencia que el EES no les aplica, aunque pueden ser dirigidos a la misma fila. Llevar la tarjeta biométrica de residencia checa y solicitar proactivamente el carril de la UE/EEE puede reducir minutos en el proceso.
Lista de acciones recomendadas: 1) monitorear aplicaciones de espera en fronteras en tiempo real; 2) aconsejar flexibilidad en la compra de billetes; 3) verificar que los pasaportes de los empleados tengan al menos tres meses de validez tras el viaje; y 4) mantener canales de comunicación en tiempo real para que los asignados puedan informar a Recursos Humanos sobre retrasos inesperados.







