
Francia despertó en Nochebuena con una inusual disputa diplomática: Washington ha impuesto prohibiciones de entrada a cinco destacados activistas europeos contra la desinformación en línea, entre ellos Thierry Breton, excomisario europeo del Mercado Interior y francés.
En un mensaje en X (antes Twitter) a las 11 a.m., hora de París, el presidente Emmanuel Macron calificó la medida estadounidense como “intimidación y coerción destinadas a socavar la soberanía digital europea”. El Elíseo confirmó que a estas cinco personas y sus familias se les negarán las visas bajo la sección 212(a)(3)(C) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de EE. UU., normalmente reservada para amenazas graves a la seguridad.
El momento es delicado. Francia ha dedicado gran parte de 2025 a impulsar la aplicación del Reglamento de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA) de la UE; Breton, ahora asesor especial del gobierno francés, es el principal promotor de estas normas en París. Las autoridades estadounidenses argumentan que el DSA equivale a censura de plataformas tecnológicas estadounidenses y por ello justifican la sanción de visas. Los diplomáticos franceses responden que se trata de un ataque extraterritorial a una regulación europea aprobada por legisladores electos.
En la práctica, quienes queden atrapados en este conflicto —ya sean miembros de equipos políticos, inversores o periodistas— podrían necesitar orientación rápida para cambiar categorías de visa o conseguir exenciones. Facilitadores en línea como VisaHQ (https://www.visahq.com/france/) pueden agilizar el proceso guiando a los solicitantes en los formularios, reuniendo documentos y gestionando citas consulares para visas estadounidenses y del espacio Schengen con poca antelación.
Estas prohibiciones complican la movilidad transatlántica de altos funcionarios franceses y expertos en políticas tecnológicas que viajan habitualmente a Washington y Silicon Valley para informar a inversores y reunirse con reguladores. Los responsables de movilidad corporativa deben prever cambios de última hora en los itinerarios y considerar solicitar con anticipación visas de clase A o G para el personal involucrado en políticas digitales de la UE.
De cara al futuro, París estudia una “cláusula de gobernanza digital” recíproca que podría negar visas Schengen a ejecutivos extranjeros que no cumplan con las normas europeas de plataformas. En teoría, esto podría afectar a altos directivos tecnológicos estadounidenses que asistan a la conferencia VivaTech en París la próxima primavera. Por ahora, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha solicitado consultas de emergencia, mientras que la Comisión Europea afirma que “todas las opciones, incluidas las contramedidas, están sobre la mesa”.
En un mensaje en X (antes Twitter) a las 11 a.m., hora de París, el presidente Emmanuel Macron calificó la medida estadounidense como “intimidación y coerción destinadas a socavar la soberanía digital europea”. El Elíseo confirmó que a estas cinco personas y sus familias se les negarán las visas bajo la sección 212(a)(3)(C) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de EE. UU., normalmente reservada para amenazas graves a la seguridad.
El momento es delicado. Francia ha dedicado gran parte de 2025 a impulsar la aplicación del Reglamento de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA) de la UE; Breton, ahora asesor especial del gobierno francés, es el principal promotor de estas normas en París. Las autoridades estadounidenses argumentan que el DSA equivale a censura de plataformas tecnológicas estadounidenses y por ello justifican la sanción de visas. Los diplomáticos franceses responden que se trata de un ataque extraterritorial a una regulación europea aprobada por legisladores electos.
En la práctica, quienes queden atrapados en este conflicto —ya sean miembros de equipos políticos, inversores o periodistas— podrían necesitar orientación rápida para cambiar categorías de visa o conseguir exenciones. Facilitadores en línea como VisaHQ (https://www.visahq.com/france/) pueden agilizar el proceso guiando a los solicitantes en los formularios, reuniendo documentos y gestionando citas consulares para visas estadounidenses y del espacio Schengen con poca antelación.
Estas prohibiciones complican la movilidad transatlántica de altos funcionarios franceses y expertos en políticas tecnológicas que viajan habitualmente a Washington y Silicon Valley para informar a inversores y reunirse con reguladores. Los responsables de movilidad corporativa deben prever cambios de última hora en los itinerarios y considerar solicitar con anticipación visas de clase A o G para el personal involucrado en políticas digitales de la UE.
De cara al futuro, París estudia una “cláusula de gobernanza digital” recíproca que podría negar visas Schengen a ejecutivos extranjeros que no cumplan con las normas europeas de plataformas. En teoría, esto podría afectar a altos directivos tecnológicos estadounidenses que asistan a la conferencia VivaTech en París la próxima primavera. Por ahora, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha solicitado consultas de emergencia, mientras que la Comisión Europea afirma que “todas las opciones, incluidas las contramedidas, están sobre la mesa”.









