
Con el tráfico de escapadas urbanas invernales en niveles máximos post-pandemia, la policía checa ha reforzado la seguridad en los principales mercados navideños de Praga, Brno y Ostrava. El 8 de diciembre se desplegaron unidades tácticas equipadas con bolardos portátiles y remolques con barreras para vehículos, complementando a los equipos de agentes de paisano especializados en detectar carteristas que ya estaban operativos.
Las autoridades insisten en que no se ha identificado ninguna amenaza terrorista específica, pero señalan un aumento en las bandas organizadas de carteristas que atacan a turistas extranjeros. Las medidas replican los protocolos de protección de multitudes usados en la vecina Alemania, incluyendo controles aleatorios de bolsos y zonas vigiladas por cámaras de seguridad.
Los operadores turísticos aseguran que la presencia policial visible tranquiliza a los grupos corporativos que reservan viajes de incentivo, aunque puede alargar las colas de entrada en las horas punta. Las empresas que emiten alertas de riesgo para viajeros han actualizado sus recomendaciones, indicando las puertas de acceso sugeridas y los puntos de encuentro de emergencia alrededor de la Plaza Vieja de Praga.
Los organizadores de los mercados reportan un aumento del 12 % en la afluencia respecto a 2024, impulsado por ofertas en vuelos y la reanudación de vuelos directos de larga distancia desde Seúl y Chicago. Los hoteleros celebran este auge, pero advierten que la disponibilidad de habitaciones de última hora es limitada; la ocupación entre semana en Praga supera el 90 %.
Aunque oficialmente la intensificación de la seguridad es temporal, funcionarios del Ministerio del Interior reconocen que estos despliegues estacionales probablemente se convertirán en la norma a medida que siga creciendo el número de visitantes.
Las autoridades insisten en que no se ha identificado ninguna amenaza terrorista específica, pero señalan un aumento en las bandas organizadas de carteristas que atacan a turistas extranjeros. Las medidas replican los protocolos de protección de multitudes usados en la vecina Alemania, incluyendo controles aleatorios de bolsos y zonas vigiladas por cámaras de seguridad.
Los operadores turísticos aseguran que la presencia policial visible tranquiliza a los grupos corporativos que reservan viajes de incentivo, aunque puede alargar las colas de entrada en las horas punta. Las empresas que emiten alertas de riesgo para viajeros han actualizado sus recomendaciones, indicando las puertas de acceso sugeridas y los puntos de encuentro de emergencia alrededor de la Plaza Vieja de Praga.
Los organizadores de los mercados reportan un aumento del 12 % en la afluencia respecto a 2024, impulsado por ofertas en vuelos y la reanudación de vuelos directos de larga distancia desde Seúl y Chicago. Los hoteleros celebran este auge, pero advierten que la disponibilidad de habitaciones de última hora es limitada; la ocupación entre semana en Praga supera el 90 %.
Aunque oficialmente la intensificación de la seguridad es temporal, funcionarios del Ministerio del Interior reconocen que estos despliegues estacionales probablemente se convertirán en la norma a medida que siga creciendo el número de visitantes.











