
La costa sur de Columbia Británica fue azotada el 9 de diciembre por un potente sistema de ríos atmosféricos que dejó hasta 250 milímetros de lluvia en la Isla de Vancouver y el área metropolitana. Environment Canada emitió alertas de inundación para varias cuencas fluviales, mientras que el Ministerio de Transporte de B.C. cerró un tramo de la autopista 4 —la única vía terrestre hacia las comunidades costeras de Tofino y Ucluelet— tras deslizamientos de escombros que hicieron intransitable la ruta.
BC Ferries canceló preventivamente varios viajes en los corredores Tsawwassen–Swartz Bay y Horseshoe Bay–Nanaimo, debido a vientos sostenidos superiores a 70 km/h y baja visibilidad. Estas cancelaciones dejaron varados a cientos de viajeros y cortaron una cadena de suministro vital para la entrega de alimentos y combustible a la Isla de Vancouver. Los viajes alternativos se llenaron rápidamente, obligando a muchos pasajeros a reprogramar para más adelante en la semana o a buscar vuelos de última hora, con costos elevados.
El momento no podría ser peor para los gestores de movilidad que trasladan personal a proyectos de fin de año o coordinan permisos para vacaciones. Se recomendó a las empresas con asignados en la Isla de Vancouver monitorear los avisos de ferry y asegurar habitaciones de hotel, ya que el alojamiento en Nanaimo y Victoria comenzó a agotarse desde media tarde. Los empleadores con políticas de “subsidio insular” podrían tener que reembolsar gastos adicionales en alquiler de autos, comidas o vuelos chárter.
Las empresas de logística desviaron la carga hacia la terminal Duke Point, pero las limitaciones de espacio y las regulaciones sobre horas de conducción generaron retrasos. El Puerto de Vancouver reportó que no hubo demoras mayores, pero advirtió que la lluvia constante podría ralentizar las transferencias ferroviarias si las operaciones en los patios se reducen por razones de seguridad. Environment Canada prevé que la tormenta se debilite durante la noche, aunque se pronostica otro sistema para el 11 y 12 de diciembre, lo que añadirá presión a los ya frágiles enlaces de transporte.
Esta tormenta pone de manifiesto la creciente volatilidad climática que enfrentan los planificadores de movilidad en las regiones costeras de Canadá. Se insta a los equipos de gestión de riesgos a trazar rutas alternativas (incluyendo opciones aéreas para carga) y a verificar que la información de contacto de emergencia de los empleados en viaje esté actualizada.
BC Ferries canceló preventivamente varios viajes en los corredores Tsawwassen–Swartz Bay y Horseshoe Bay–Nanaimo, debido a vientos sostenidos superiores a 70 km/h y baja visibilidad. Estas cancelaciones dejaron varados a cientos de viajeros y cortaron una cadena de suministro vital para la entrega de alimentos y combustible a la Isla de Vancouver. Los viajes alternativos se llenaron rápidamente, obligando a muchos pasajeros a reprogramar para más adelante en la semana o a buscar vuelos de última hora, con costos elevados.
El momento no podría ser peor para los gestores de movilidad que trasladan personal a proyectos de fin de año o coordinan permisos para vacaciones. Se recomendó a las empresas con asignados en la Isla de Vancouver monitorear los avisos de ferry y asegurar habitaciones de hotel, ya que el alojamiento en Nanaimo y Victoria comenzó a agotarse desde media tarde. Los empleadores con políticas de “subsidio insular” podrían tener que reembolsar gastos adicionales en alquiler de autos, comidas o vuelos chárter.
Las empresas de logística desviaron la carga hacia la terminal Duke Point, pero las limitaciones de espacio y las regulaciones sobre horas de conducción generaron retrasos. El Puerto de Vancouver reportó que no hubo demoras mayores, pero advirtió que la lluvia constante podría ralentizar las transferencias ferroviarias si las operaciones en los patios se reducen por razones de seguridad. Environment Canada prevé que la tormenta se debilite durante la noche, aunque se pronostica otro sistema para el 11 y 12 de diciembre, lo que añadirá presión a los ya frágiles enlaces de transporte.
Esta tormenta pone de manifiesto la creciente volatilidad climática que enfrentan los planificadores de movilidad en las regiones costeras de Canadá. Se insta a los equipos de gestión de riesgos a trazar rutas alternativas (incluyendo opciones aéreas para carga) y a verificar que la información de contacto de emergencia de los empleados en viaje esté actualizada.










