
Una fuerte tormenta invernal que azotó el sur de Alemania y los Alpes del norte obligó al aeropuerto de Múnich a cerrar ambas pistas el 6 de diciembre, cancelando o desviando todos los vuelos programados hacia Viena y Graz. Más de 40 vuelos de Austrian Airlines, Lufthansa y aerolíneas de bajo costo fueron cancelados, dejando varados a unos 6,800 pasajeros, muchos de ellos ingenieros y consultores que viajan habitualmente entre plantas bávaras y austriacas. El aeropuerto de Viena evitó la peor nevada, pero operó bajo reglas CAT III de baja visibilidad, lo que provocó colas para el deshielo y cancelaciones secundarias.
Los departamentos de viajes corporativos reaccionaron rápidamente. Los gestores de movilidad de Ernst & Young reubicaron a 300 empleados en seis horas, optando por Zúrich, Praga o, cuando aún había plazas disponibles, el servicio Railjet de ÖBB que conecta Viena con Múnich en cuatro horas. Con las cláusulas climáticas del reglamento EU 261 que excluyen compensaciones económicas, las empresas asumieron los costos de hotel y transporte terrestre. ÖBB advirtió que la capacidad en segunda clase del Railjet era “extremadamente limitada” y recomendó a los viajeros adquirir mejoras a primera clase.
El cierre también afectó las cadenas de suministro just-in-time. DHL y UPS declararon fuerza mayor en los envíos nocturnos que pasan por el centro de clasificación nocturno de Viena, evidenciando la vulnerabilidad del sector exportador austriaco cuando un solo evento meteorológico paraliza los enlaces aéreos transfronterizos. La dirección del aeropuerto de Viena aprovechó la ocasión para renovar sus demandas de una reforma del régimen fiscal aeronáutico de Austria, argumentando que los altos impuestos desincentivan a las aerolíneas a mantener aviones de reserva en el país, debilitando así la resiliencia de la red.
Desde la perspectiva de la política de movilidad, el incidente pone de manifiesto la creciente interdependencia entre los sistemas aéreo y ferroviario de Europa Central. La red de larga distancia de ÖBB ofreció una válvula de escape vital, apoyando los objetivos de la UE de trasladar los viajes de corta distancia al tren. Sin embargo, también evidenció limitaciones de capacidad que podrían obstaculizar futuras ambiciones de cambio modal sin una mayor inversión en material rodante.
Con más nevadas intensas previstas para mediados de diciembre, los gestores de viajes aconsejan a los empleados desplazados mantener billetes flexibles y vigilar la disponibilidad de plazas en ÖBB, especialmente los viernes y lunes, cuando la demanda empresarial es más alta.
Los departamentos de viajes corporativos reaccionaron rápidamente. Los gestores de movilidad de Ernst & Young reubicaron a 300 empleados en seis horas, optando por Zúrich, Praga o, cuando aún había plazas disponibles, el servicio Railjet de ÖBB que conecta Viena con Múnich en cuatro horas. Con las cláusulas climáticas del reglamento EU 261 que excluyen compensaciones económicas, las empresas asumieron los costos de hotel y transporte terrestre. ÖBB advirtió que la capacidad en segunda clase del Railjet era “extremadamente limitada” y recomendó a los viajeros adquirir mejoras a primera clase.
El cierre también afectó las cadenas de suministro just-in-time. DHL y UPS declararon fuerza mayor en los envíos nocturnos que pasan por el centro de clasificación nocturno de Viena, evidenciando la vulnerabilidad del sector exportador austriaco cuando un solo evento meteorológico paraliza los enlaces aéreos transfronterizos. La dirección del aeropuerto de Viena aprovechó la ocasión para renovar sus demandas de una reforma del régimen fiscal aeronáutico de Austria, argumentando que los altos impuestos desincentivan a las aerolíneas a mantener aviones de reserva en el país, debilitando así la resiliencia de la red.
Desde la perspectiva de la política de movilidad, el incidente pone de manifiesto la creciente interdependencia entre los sistemas aéreo y ferroviario de Europa Central. La red de larga distancia de ÖBB ofreció una válvula de escape vital, apoyando los objetivos de la UE de trasladar los viajes de corta distancia al tren. Sin embargo, también evidenció limitaciones de capacidad que podrían obstaculizar futuras ambiciones de cambio modal sin una mayor inversión en material rodante.
Con más nevadas intensas previstas para mediados de diciembre, los gestores de viajes aconsejan a los empleados desplazados mantener billetes flexibles y vigilar la disponibilidad de plazas en ÖBB, especialmente los viernes y lunes, cuando la demanda empresarial es más alta.










