
Una ola de tormentas atlánticas combinada con huelgas en el control del tráfico aéreo provocó 4.800 interrupciones de vuelos en Europa el 6 de diciembre, según datos de FlightAware resumidos por Travel & Tour World. Los puntos más afectados fueron Ámsterdam Schiphol, París CDG y Londres Heathrow, tres de los principales hubs que alimentan la red intercontinental del Aeropuerto de Bruselas.
Aunque Bruselas evitó las peores condiciones meteorológicas, los retrasos en cadena dejaron varados a decenas de pasajeros que conectaban desde los aeropuertos afectados. Brussels Airlines reportó retrasos promedio de 42 minutos en sus vuelos vespertinos hacia Reino Unido y Francia, mientras que DHL desvió dos vuelos de carga con destino a Leipzig desde Lieja a Colonia. El operador ferroviario belga SNCB añadió servicios nocturnos desde Zaventem para atender a los viajeros que perdieron sus conexiones finales.
Para los equipos de movilidad corporativa, la lección es clara: el mal tiempo en otras partes de Europa puede afectar rápidamente los ajustados horarios de conexión en el sistema hub-and-spoke de Bélgica. Las empresas deben fomentar la compra de billetes flexibles, la selección anticipada de asientos en vuelos alternativos y el uso de aplicaciones de seguimiento en tiempo real durante el pico de diciembre.
Según la normativa europea EU 261, las aerolíneas están exentas de pagar compensaciones por mal tiempo, pero deben ofrecer comidas y alojamiento cuando los retrasos superan las dos horas. Los gestores de movilidad deben instruir a los viajeros para que documenten gastos y utilicen los chatbots de las aerolíneas para evitar colas en el aeropuerto.
Los meteorólogos advierten que un nuevo sistema de baja presión llegará desde el Atlántico a mitad de semana, con riesgo de repetir las interrupciones. Las autoridades belgas recomiendan a los pasajeros seguir el Twitter del Aeropuerto de Bruselas y prever tiempo extra para los controles de seguridad si llegan simultáneamente grandes cantidades de vuelos retrasados.
Aunque Bruselas evitó las peores condiciones meteorológicas, los retrasos en cadena dejaron varados a decenas de pasajeros que conectaban desde los aeropuertos afectados. Brussels Airlines reportó retrasos promedio de 42 minutos en sus vuelos vespertinos hacia Reino Unido y Francia, mientras que DHL desvió dos vuelos de carga con destino a Leipzig desde Lieja a Colonia. El operador ferroviario belga SNCB añadió servicios nocturnos desde Zaventem para atender a los viajeros que perdieron sus conexiones finales.
Para los equipos de movilidad corporativa, la lección es clara: el mal tiempo en otras partes de Europa puede afectar rápidamente los ajustados horarios de conexión en el sistema hub-and-spoke de Bélgica. Las empresas deben fomentar la compra de billetes flexibles, la selección anticipada de asientos en vuelos alternativos y el uso de aplicaciones de seguimiento en tiempo real durante el pico de diciembre.
Según la normativa europea EU 261, las aerolíneas están exentas de pagar compensaciones por mal tiempo, pero deben ofrecer comidas y alojamiento cuando los retrasos superan las dos horas. Los gestores de movilidad deben instruir a los viajeros para que documenten gastos y utilicen los chatbots de las aerolíneas para evitar colas en el aeropuerto.
Los meteorólogos advierten que un nuevo sistema de baja presión llegará desde el Atlántico a mitad de semana, con riesgo de repetir las interrupciones. Las autoridades belgas recomiendan a los pasajeros seguir el Twitter del Aeropuerto de Bruselas y prever tiempo extra para los controles de seguridad si llegan simultáneamente grandes cantidades de vuelos retrasados.







