
El primer ministro Narendra Modi aprovechó la visita oficial del presidente Vladimir Putin para anunciar un incentivo turístico que ha captado la atención: los ciudadanos rusos pronto podrán solicitar una visa electrónica de turista de entrada única por 30 días, o una visa grupal, sin pagar ninguna tarifa. Las solicitudes se tramitarán en un plazo de 30 días a través del portal de e-visa de India, y se espera que esta modalidad entre en funcionamiento a principios de 2026 tras las pruebas del sistema.
Este anuncio se enmarca dentro de la hoja de ruta ‘Visión 2030’ entre India y Rusia, que apunta a un comercio bilateral de 100.000 millones de dólares y una cooperación más profunda en energía, espacio y navegación polar. Funcionarios de turismo estiman que las llegadas de turistas rusos, que alcanzaron un máximo de 297.000 antes de la pandemia, podrían duplicarse en dos años si los operadores chárter reactivan las rutas Goa-Moscú y los circuitos culturales por el Triángulo Dorado.
Para el sector hotelero de India, el momento es ideal: un rublo débil encarece los destinos de larga distancia para los rusos, mientras que la exención de visa compensa el impacto cambiario. El operador de trenes de lujo IRCTC y los proveedores de turismo médico ya están diseñando paquetes denominados en rupias.
Los gestores de movilidad corporativa deben tener en cuenta que la exención es unilateral; los indios aún necesitan visa para Rusia, aunque Moscú está probando un esquema de e-visa separado para viajeros de negocios. Las aerolíneas podrían aumentar la capacidad en las rutas Delhi-Moscú y Chennai-Vladivostok para aprovechar la nueva demanda.
Los analistas advierten que sigue vigente el control de seguridad en segundo plano, y que los viajeros con doble ciudadanía en países sancionados podrían enfrentar procesos más largos. No obstante, esta política refuerza la estrategia de Nueva Delhi de utilizar la liberalización de visas como una herramienta de poder blando en sus alianzas estratégicas.
Este anuncio se enmarca dentro de la hoja de ruta ‘Visión 2030’ entre India y Rusia, que apunta a un comercio bilateral de 100.000 millones de dólares y una cooperación más profunda en energía, espacio y navegación polar. Funcionarios de turismo estiman que las llegadas de turistas rusos, que alcanzaron un máximo de 297.000 antes de la pandemia, podrían duplicarse en dos años si los operadores chárter reactivan las rutas Goa-Moscú y los circuitos culturales por el Triángulo Dorado.
Para el sector hotelero de India, el momento es ideal: un rublo débil encarece los destinos de larga distancia para los rusos, mientras que la exención de visa compensa el impacto cambiario. El operador de trenes de lujo IRCTC y los proveedores de turismo médico ya están diseñando paquetes denominados en rupias.
Los gestores de movilidad corporativa deben tener en cuenta que la exención es unilateral; los indios aún necesitan visa para Rusia, aunque Moscú está probando un esquema de e-visa separado para viajeros de negocios. Las aerolíneas podrían aumentar la capacidad en las rutas Delhi-Moscú y Chennai-Vladivostok para aprovechar la nueva demanda.
Los analistas advierten que sigue vigente el control de seguridad en segundo plano, y que los viajeros con doble ciudadanía en países sancionados podrían enfrentar procesos más largos. No obstante, esta política refuerza la estrategia de Nueva Delhi de utilizar la liberalización de visas como una herramienta de poder blando en sus alianzas estratégicas.










