
El blog de viajeros frecuentes Live and Let’s Fly reavivó el debate sobre la principal instalación de prechequeo de EE. UU. en Irlanda, calificándola como “una medida a medias extraña” que obliga a algunos pasajeros en conexión a pasar por dos controles de seguridad, mientras que otros evitan el primero por completo.
El escritor Matthew Klint, en una publicación del 6 de diciembre, destaca la ventaja de aterrizar en EE. UU. como un viajero doméstico, pero cuestiona los procedimientos inconsistentes en la Terminal 2. Al llegar desde Londres, fue sometido a un control adicional de equipaje a pesar de haber pasado la seguridad del Reino Unido horas antes; aparentemente, los pasajeros que inician su viaje en ese punto estaban exentos.
Para las empresas que tienen personal regional basado en Dublín, el prechequeo es un atractivo estratégico: los viajeros pueden conectar con 16 ciudades de Norteamérica sin hacer filas de inmigración al llegar. Sin embargo, las quejas sobre colas impredecibles y controles de seguridad duplicados se han intensificado desde los recortes de personal tras la pandemia. La Autoridad de Aviación Irlandesa afirma que está revisando los datos de flujo de pasajeros junto con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. antes del aumento de viajeros por el Día de San Patricio.
Aunque el artículo es una opinión, pone en evidencia un problema en la prestación del servicio que afecta directamente la productividad de los viajes de negocios. Los gestores de viajes podrían considerar ampliar los tiempos de conexión en rutas Londres-Dublín-EE. UU. hasta que se aclare el proceso. A largo plazo, los interesados debaten si la instalación debería trasladarse a la Terminal 3 en construcción, donde carriles de control dedicados podrían eliminar las revisiones dobles.
La CBP insiste en que el prechequeo sigue siendo voluntario y que las aerolíneas pueden optar por mantener el modelo tradicional de inspección a la llegada, pero ninguna de las que operan en Dublín ha indicado que planee cambiar.
El escritor Matthew Klint, en una publicación del 6 de diciembre, destaca la ventaja de aterrizar en EE. UU. como un viajero doméstico, pero cuestiona los procedimientos inconsistentes en la Terminal 2. Al llegar desde Londres, fue sometido a un control adicional de equipaje a pesar de haber pasado la seguridad del Reino Unido horas antes; aparentemente, los pasajeros que inician su viaje en ese punto estaban exentos.
Para las empresas que tienen personal regional basado en Dublín, el prechequeo es un atractivo estratégico: los viajeros pueden conectar con 16 ciudades de Norteamérica sin hacer filas de inmigración al llegar. Sin embargo, las quejas sobre colas impredecibles y controles de seguridad duplicados se han intensificado desde los recortes de personal tras la pandemia. La Autoridad de Aviación Irlandesa afirma que está revisando los datos de flujo de pasajeros junto con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. antes del aumento de viajeros por el Día de San Patricio.
Aunque el artículo es una opinión, pone en evidencia un problema en la prestación del servicio que afecta directamente la productividad de los viajes de negocios. Los gestores de viajes podrían considerar ampliar los tiempos de conexión en rutas Londres-Dublín-EE. UU. hasta que se aclare el proceso. A largo plazo, los interesados debaten si la instalación debería trasladarse a la Terminal 3 en construcción, donde carriles de control dedicados podrían eliminar las revisiones dobles.
La CBP insiste en que el prechequeo sigue siendo voluntario y que las aerolíneas pueden optar por mantener el modelo tradicional de inspección a la llegada, pero ninguna de las que operan en Dublín ha indicado que planee cambiar.








