
El 6 de diciembre, una combinación de condiciones invernales severas, persistentes escaseces de personal y acciones sindicales dispersas provocó uno de los peores días de interrupciones en el tráfico aéreo europeo en lo que va del año. Según datos de seguimiento de vuelos recopilados por Travel and Tour World, más de 316 vuelos fueron cancelados y 4.518 sufrieron retrasos en todo el continente. Solo en París Charles-de-Gaulle se registraron 38 cancelaciones y más de 430 retrasos, mientras que en Lyon Saint-Exupéry hubo cuatro cancelaciones y 38 retrasos. Air France y su filial regional HOP! tuvieron las mayores tasas de cancelación, con un 6 % y un 11 % de sus vuelos respectivamente, lo que obligó a reprogramar tripulaciones y aeronaves a última hora.
Las consecuencias se extendieron rápidamente a los programas de viajes corporativos. Los viajeros que salían de Francia hacia reuniones el mismo día en Londres o Frankfurt perdieron jornadas laborales completas, mientras que los pasajeros de vuelos de larga distancia perdieron conexiones en Estados Unidos y Asia. Las empresas enfrentaron un cóctel conocido de noches de hotel no presupuestadas, tarifas por reemisión de billetes y pérdidas de productividad.
Los operadores aeroportuarios atribuyeron la situación a una combinación de factores: una masa de aire polar que trajo llovizna helada al norte de Europa, escasez de personal autorizado para manejo en tierra en varias bases francesas y una serie de paros sindicales localizados en protesta por cambios en los turnos. La autoridad francesa de aviación civil (DGAC) mantuvo un servicio mínimo, pero no pudo evitar que los retrasos se acumularan una vez que las colas para el deshielo se alargaron.
Con la temporada navideña a la vuelta de la esquina, los consultores en gestión de riesgos de viaje recomiendan a los empleadores planificar con antelación los desplazamientos críticos de diciembre, incluir márgenes de 24 horas para reuniones importantes e insistir en que el personal lleve medicación extra y cargadores en el equipaje de mano. “Lo que estamos viendo es la nueva normalidad: un clima que antes era excepcional ahora provoca interrupciones desproporcionadas porque el sistema opera con personal y aviones de reserva muy limitados”, señaló un analista de riesgos con base en París.
De cara al futuro, las aerolíneas están revisando los turnos para las vacaciones y preparando contratos de arrendamiento de aeronaves en espera. Aun así, los gestores de movilidad deben asumir un riesgo elevado de interrupciones hasta enero y mantener a los viajeros con billetes flexibles siempre que sea posible.
Las consecuencias se extendieron rápidamente a los programas de viajes corporativos. Los viajeros que salían de Francia hacia reuniones el mismo día en Londres o Frankfurt perdieron jornadas laborales completas, mientras que los pasajeros de vuelos de larga distancia perdieron conexiones en Estados Unidos y Asia. Las empresas enfrentaron un cóctel conocido de noches de hotel no presupuestadas, tarifas por reemisión de billetes y pérdidas de productividad.
Los operadores aeroportuarios atribuyeron la situación a una combinación de factores: una masa de aire polar que trajo llovizna helada al norte de Europa, escasez de personal autorizado para manejo en tierra en varias bases francesas y una serie de paros sindicales localizados en protesta por cambios en los turnos. La autoridad francesa de aviación civil (DGAC) mantuvo un servicio mínimo, pero no pudo evitar que los retrasos se acumularan una vez que las colas para el deshielo se alargaron.
Con la temporada navideña a la vuelta de la esquina, los consultores en gestión de riesgos de viaje recomiendan a los empleadores planificar con antelación los desplazamientos críticos de diciembre, incluir márgenes de 24 horas para reuniones importantes e insistir en que el personal lleve medicación extra y cargadores en el equipaje de mano. “Lo que estamos viendo es la nueva normalidad: un clima que antes era excepcional ahora provoca interrupciones desproporcionadas porque el sistema opera con personal y aviones de reserva muy limitados”, señaló un analista de riesgos con base en París.
De cara al futuro, las aerolíneas están revisando los turnos para las vacaciones y preparando contratos de arrendamiento de aeronaves en espera. Aun así, los gestores de movilidad deben asumir un riesgo elevado de interrupciones hasta enero y mantener a los viajeros con billetes flexibles siempre que sea posible.










