
La cámara baja del parlamento alemán aprobó el 6 de diciembre de 2025 un paquete integral de medidas migratorias que cambiará radicalmente la gestión de Berlín sobre las solicitudes de asilo, las deportaciones y la naturalización.
La coalición de centro-derecha y centro-izquierda utilizó su mayoría para eliminar el requisito histórico de que el Bundesrat (cámara alta) debe aprobar antes de que el gobierno pueda clasificar a otro país como “país de origen seguro”. En adelante, los ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores podrán añadir países mediante orden ejecutiva, una medida que, según fuentes gubernamentales, comenzará con Argelia, India, Marruecos y Túnez. Dado que las solicitudes provenientes de países “seguros” pueden ser rechazadas por “manifiestamente infundadas”, se espera que el tiempo promedio de tramitación de estos casos se reduzca de once a cuatro semanas, liberando recursos para casos de protección más complejos.
El mismo proyecto de ley elimina el derecho a asesoría legal financiada por el Estado para migrantes detenidos en centros de deportación. Sus defensores argumentan que esta medida frenará lo que llaman “abusos procesales de última hora”, mientras que la ONG Pro Asyl advierte que los detenidos vulnerables perderán un acceso real a la justicia. También se introdujo un nuevo requisito que obliga a quienes intenten obtener la ciudadanía alemana de forma fraudulenta a esperar diez años antes de poder volver a solicitarla, subrayando la postura más estricta de la coalición sobre la integridad en la naturalización.
Los expertos en inmigración laboral observan con atención. La resolución más rápida de solicitudes de asilo con pocas probabilidades de éxito podría, en teoría, reducir las filas en las oficinas de extranjería y liberar recursos humanos para la tramitación de visados de trabajo, una demanda recurrente de las cámaras de comercio. Al mismo tiempo, las normas más estrictas sobre detención podrían obligar a los equipos de movilidad global a revisar las políticas de cuidado para empleados rechazados o familiares que pierdan su estatus.
La legislación ahora pasa al Bundesrat solo para su conocimiento; al haberse eliminado la cláusula de consentimiento, la cámara alta no podrá bloquearla. El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, afirmó que la reforma “restaura la capacidad de acción del Estado”, mientras que los diputados de Los Verdes y La Izquierda prometieron impugnar partes de la ley ante el Tribunal Constitucional. Por ello, las empresas deben prepararse para una mayor incertidumbre legal durante 2026, aunque se esperan las primeras órdenes sobre la lista de países seguros en el primer trimestre.
La coalición de centro-derecha y centro-izquierda utilizó su mayoría para eliminar el requisito histórico de que el Bundesrat (cámara alta) debe aprobar antes de que el gobierno pueda clasificar a otro país como “país de origen seguro”. En adelante, los ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores podrán añadir países mediante orden ejecutiva, una medida que, según fuentes gubernamentales, comenzará con Argelia, India, Marruecos y Túnez. Dado que las solicitudes provenientes de países “seguros” pueden ser rechazadas por “manifiestamente infundadas”, se espera que el tiempo promedio de tramitación de estos casos se reduzca de once a cuatro semanas, liberando recursos para casos de protección más complejos.
El mismo proyecto de ley elimina el derecho a asesoría legal financiada por el Estado para migrantes detenidos en centros de deportación. Sus defensores argumentan que esta medida frenará lo que llaman “abusos procesales de última hora”, mientras que la ONG Pro Asyl advierte que los detenidos vulnerables perderán un acceso real a la justicia. También se introdujo un nuevo requisito que obliga a quienes intenten obtener la ciudadanía alemana de forma fraudulenta a esperar diez años antes de poder volver a solicitarla, subrayando la postura más estricta de la coalición sobre la integridad en la naturalización.
Los expertos en inmigración laboral observan con atención. La resolución más rápida de solicitudes de asilo con pocas probabilidades de éxito podría, en teoría, reducir las filas en las oficinas de extranjería y liberar recursos humanos para la tramitación de visados de trabajo, una demanda recurrente de las cámaras de comercio. Al mismo tiempo, las normas más estrictas sobre detención podrían obligar a los equipos de movilidad global a revisar las políticas de cuidado para empleados rechazados o familiares que pierdan su estatus.
La legislación ahora pasa al Bundesrat solo para su conocimiento; al haberse eliminado la cláusula de consentimiento, la cámara alta no podrá bloquearla. El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, afirmó que la reforma “restaura la capacidad de acción del Estado”, mientras que los diputados de Los Verdes y La Izquierda prometieron impugnar partes de la ley ante el Tribunal Constitucional. Por ello, las empresas deben prepararse para una mayor incertidumbre legal durante 2026, aunque se esperan las primeras órdenes sobre la lista de países seguros en el primer trimestre.








