
Un informe de Reuters a última hora del 5 de diciembre confirma que aproximadamente tres cuartas partes de los cantones suizos y los principales grupos de interés han respaldado el borrador de acuerdo del Consejo Federal para profundizar los lazos con la UE. El ministro de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, destacó que el modelo bilateral cuenta con más apoyo que opciones rivales como la adhesión al EEE o un pacto de libre comercio puro.
El acuerdo refleja gran parte del paquete Bilaterales III, pero pone especial énfasis en el acceso al mercado, las normas sobre ayudas estatales y la libre circulación continua de personas, pilares fundamentales para las multinacionales con sede en Suiza. Cassis presentó la propuesta como esencial para salvaguardar la prosperidad y la seguridad nacional en un contexto de creciente riesgo geopolítico y fragmentación de las cadenas de suministro.
Los líderes empresariales celebraron el impulso, señalando que la previsibilidad en materia de inmigración y la alineación regulatoria son clave para atraer talento y mantener las sedes centrales. Sin embargo, voces escépticas de la derecha política advirtieron que la “alineación dinámica” podría diluir la soberanía suiza; es probable que impulsen un referéndum una vez que comience el escrutinio parlamentario en marzo.
Si se adopta, el acuerdo podría reactivar las negociaciones estancadas sobre la asociación de Suiza con los programas de investigación de la UE y los sistemas fronterizos digitalizados, facilitando potencialmente el cumplimiento futuro en materia de movilidad.
Las empresas deberían preparar informes para sus grupos de interés que traduzcan los hitos políticos en impactos operativos, especialmente en lo relativo a las notificaciones de trabajadores desplazados y el reconocimiento de cualificaciones profesionales, aspectos que suelen complicar la gestión de empleados en asignaciones a corto plazo.
El acuerdo refleja gran parte del paquete Bilaterales III, pero pone especial énfasis en el acceso al mercado, las normas sobre ayudas estatales y la libre circulación continua de personas, pilares fundamentales para las multinacionales con sede en Suiza. Cassis presentó la propuesta como esencial para salvaguardar la prosperidad y la seguridad nacional en un contexto de creciente riesgo geopolítico y fragmentación de las cadenas de suministro.
Los líderes empresariales celebraron el impulso, señalando que la previsibilidad en materia de inmigración y la alineación regulatoria son clave para atraer talento y mantener las sedes centrales. Sin embargo, voces escépticas de la derecha política advirtieron que la “alineación dinámica” podría diluir la soberanía suiza; es probable que impulsen un referéndum una vez que comience el escrutinio parlamentario en marzo.
Si se adopta, el acuerdo podría reactivar las negociaciones estancadas sobre la asociación de Suiza con los programas de investigación de la UE y los sistemas fronterizos digitalizados, facilitando potencialmente el cumplimiento futuro en materia de movilidad.
Las empresas deberían preparar informes para sus grupos de interés que traduzcan los hitos políticos en impactos operativos, especialmente en lo relativo a las notificaciones de trabajadores desplazados y el reconocimiento de cualificaciones profesionales, aspectos que suelen complicar la gestión de empleados en asignaciones a corto plazo.








