
El viernes 5 de diciembre se vivió un caos sin precedentes en los aeropuertos de Delhi, Bengaluru, Chennai y otros 15 más, cuando IndiGo —la aerolínea que transporta a dos de cada tres pasajeros nacionales— canceló más de 500 vuelos en todo el país. El Aeropuerto Internacional Indira Gandhi de Delhi emitió un aviso de emergencia ante las largas filas que se extendían por las terminales y tiempos de espera que superaban las tres horas. Escenas similares se vivieron en Chennai, donde se cancelaron 28 salidas, y en Vadodara, donde IndiGo eliminó por completo su programación diaria.
IndiGo atribuyó la crisis a una tormenta perfecta: un fallo en el software de programación de tripulaciones, la baja visibilidad invernal y, lo más crítico, las nuevas normas de Limitación del Tiempo de Servicio de Vuelo (FDTL) que ampliaron los periodos de descanso de los pilotos. Fuentes indicaron que la escasez de pilotos —agravada por retrasos en la formación— impidió a la aerolínea reorganizar las tripulaciones cuando los retrasos por niebla los llevaron a superar los límites legales.
Las consecuencias financieras y de reputación son graves. CAPA India estima que la interrupción podría costarle a IndiGo entre ₹110 y ₹140 crore en reembolsos, alojamiento en hoteles y conexiones perdidas, sin contar el daño a la imagen en un momento en que la aerolínea busca una expansión internacional agresiva. Las aerolíneas rivales Air India y Akasa aprovecharon la oportunidad, sumando vuelos de alivio y limitando las tarifas de última hora (que aún alcanzaban los ₹35,000 en rutas metropolitanas).
Para los gestores de movilidad, este episodio es un recordatorio de la importancia de diseñar estrategias con dos aerolíneas para rutas domésticas críticas y de presupuestar para picos en las tarifas durante crisis operativas. Los viajeros varados en aeropuertos principales reportaron que las tarifas hoteleras de último minuto se triplicaron; algunas empresas activaron excepciones de dietas de emergencia. Los equipos de cuidado del viajero también deben tener en cuenta que los seguros de viaje rara vez cubren “razones operativas”, por lo que es esencial negociar exenciones con las aerolíneas.
El CEO de IndiGo, Pieter Elbers, pidió disculpas y pronosticó que las cancelaciones caerán por debajo de 1,000 al día para el fin de semana y que la normalización total llegará entre el 10 y 15 de diciembre. Hasta entonces, se esperan reprogramaciones continuas, mayores tiempos de conexión y una demanda creciente de servicios ferroviarios premium para reacomodar pasajeros.
IndiGo atribuyó la crisis a una tormenta perfecta: un fallo en el software de programación de tripulaciones, la baja visibilidad invernal y, lo más crítico, las nuevas normas de Limitación del Tiempo de Servicio de Vuelo (FDTL) que ampliaron los periodos de descanso de los pilotos. Fuentes indicaron que la escasez de pilotos —agravada por retrasos en la formación— impidió a la aerolínea reorganizar las tripulaciones cuando los retrasos por niebla los llevaron a superar los límites legales.
Las consecuencias financieras y de reputación son graves. CAPA India estima que la interrupción podría costarle a IndiGo entre ₹110 y ₹140 crore en reembolsos, alojamiento en hoteles y conexiones perdidas, sin contar el daño a la imagen en un momento en que la aerolínea busca una expansión internacional agresiva. Las aerolíneas rivales Air India y Akasa aprovecharon la oportunidad, sumando vuelos de alivio y limitando las tarifas de última hora (que aún alcanzaban los ₹35,000 en rutas metropolitanas).
Para los gestores de movilidad, este episodio es un recordatorio de la importancia de diseñar estrategias con dos aerolíneas para rutas domésticas críticas y de presupuestar para picos en las tarifas durante crisis operativas. Los viajeros varados en aeropuertos principales reportaron que las tarifas hoteleras de último minuto se triplicaron; algunas empresas activaron excepciones de dietas de emergencia. Los equipos de cuidado del viajero también deben tener en cuenta que los seguros de viaje rara vez cubren “razones operativas”, por lo que es esencial negociar exenciones con las aerolíneas.
El CEO de IndiGo, Pieter Elbers, pidió disculpas y pronosticó que las cancelaciones caerán por debajo de 1,000 al día para el fin de semana y que la normalización total llegará entre el 10 y 15 de diciembre. Hasta entonces, se esperan reprogramaciones continuas, mayores tiempos de conexión y una demanda creciente de servicios ferroviarios premium para reacomodar pasajeros.










