
A pocas horas de la interrupción a nivel nacional, el Ministerio de Aviación Civil revirtió dos disposiciones clave de las recientes regulaciones sobre turnos nocturnos para pilotos en India: normas que habían extendido el descanso obligatorio de 10 a 12 horas y limitado los sectores nocturnos consecutivos. La suspensión es exclusiva para IndiGo y se mantendrá hasta el 10 de febrero de 2026.
En paralelo, la Dirección General de Aviación Civil autorizó a 12 Inspectores de Operaciones de Vuelo —en comisión desde IndiGo— a regresar temporalmente a tareas de vuelo y extendió la validez de las evaluaciones de Examinadores Designados. Además, el regulador permitió que instructores de simulador de otras Organizaciones de Entrenamiento Aprobadas realicen las evaluaciones de pilotos de IndiGo, desbloqueando un cuello de botella en la formación.
Los sindicatos de aviación criticaron esta excepción, argumentando que prioriza la puntualidad sobre la gestión de la fatiga. El ministerio respondió que las exenciones son estrictamente temporales y sometidas a auditorías de seguridad. Sin embargo, el episodio revela una debilidad estructural: India necesitará 7,500 pilotos adicionales para 2030, pero la capacidad actual de formación apenas produce 1,200 al año.
Para las empresas con departamentos internos de viajes, las implicaciones inmediatas incluyen posibles retrasos relacionados con la tripulación en vuelos operados por inspectores de la DGCA (generalmente capitanes senior). Los equipos de cuidado laboral deben monitorear cualquier extensión de la exención y ajustar las evaluaciones de riesgo en consecuencia. A largo plazo, las corporaciones podrían impulsar implementaciones regulatorias escalonadas para evitar futuras turbulencias en el ecosistema de viajes.
La crisis también reaviva el debate sobre si India debería adoptar un sistema escalonado y basado en datos para la gestión del riesgo por fatiga, similar al modelo CASA de Australia, en lugar de límites prescriptivos uniformes para todos.
En paralelo, la Dirección General de Aviación Civil autorizó a 12 Inspectores de Operaciones de Vuelo —en comisión desde IndiGo— a regresar temporalmente a tareas de vuelo y extendió la validez de las evaluaciones de Examinadores Designados. Además, el regulador permitió que instructores de simulador de otras Organizaciones de Entrenamiento Aprobadas realicen las evaluaciones de pilotos de IndiGo, desbloqueando un cuello de botella en la formación.
Los sindicatos de aviación criticaron esta excepción, argumentando que prioriza la puntualidad sobre la gestión de la fatiga. El ministerio respondió que las exenciones son estrictamente temporales y sometidas a auditorías de seguridad. Sin embargo, el episodio revela una debilidad estructural: India necesitará 7,500 pilotos adicionales para 2030, pero la capacidad actual de formación apenas produce 1,200 al año.
Para las empresas con departamentos internos de viajes, las implicaciones inmediatas incluyen posibles retrasos relacionados con la tripulación en vuelos operados por inspectores de la DGCA (generalmente capitanes senior). Los equipos de cuidado laboral deben monitorear cualquier extensión de la exención y ajustar las evaluaciones de riesgo en consecuencia. A largo plazo, las corporaciones podrían impulsar implementaciones regulatorias escalonadas para evitar futuras turbulencias en el ecosistema de viajes.
La crisis también reaviva el debate sobre si India debería adoptar un sistema escalonado y basado en datos para la gestión del riesgo por fatiga, similar al modelo CASA de Australia, en lugar de límites prescriptivos uniformes para todos.











