
En una conferencia de prensa la mañana del 4 de diciembre de 2025, el líder populista Andrej Babiš confirmó que transferirá su conglomerado Agrofert, valorado en 4.000 millones de euros, a un fideicomiso gestionado de forma independiente para cumplir con las normas de conflicto de intereses antes de que el presidente Petr Pavel le encargue formar el próximo gobierno. Aunque la reestructuración corporativa acaparó los titulares, la noticia más relevante en materia de movilidad global radica en la plataforma política que Babiš y su movimiento ANO están negociando con los partidos de extrema derecha Libertad y Democracia Directa (SPD) y Motoristas.
Documentos preliminares de la coalición, obtenidos por Radio Checa, indican que el nuevo gobierno “se opondrá a las transferencias solidarias obligatorias bajo el Pacto de Migración de la UE” y exigirá el derecho a restablecer controles fronterizos internos con Eslovaquia y Austria “cada vez que aumente la presión migratoria”. Los partidos también acuerdan endurecer las cuotas de migración laboral, limitar las visas de reunificación familiar y buscar exenciones de Bruselas respecto a la reforma prevista de la Tarjeta Azul de la UE. El líder del SPD, Tomio Okamura, declaró a la prensa que la coalición “protegerá primero los empleos checos” elevando los umbrales salariales mínimos para las Tarjetas de Empleado y restringiendo los programas de contratación de trabajadores menos cualificados que actualmente benefician a la industria manufacturera.
Para las multinacionales, estos cambios podrían ralentizar las asignaciones internacionales y complicar las estrategias regionales de personal. Las plantas automotrices y electrónicas en Moravia — muchas de las cuales dependen de trabajadores temporales de Ucrania, Serbia y Mongolia — advierten que una reducción adicional de cuotas agravaría la escasez de habilidades existente. Los equipos globales de recursos humanos deben seguir de cerca la redacción final del acuerdo de coalición (prevista para mediados de diciembre) y prepararse para plazos de presentación más cortos, requisitos salariales más altos y controles documentales más frecuentes en los consulados checos.
La postura antiinmigración de la coalición también podría tener repercusiones en el espacio Schengen. Si Praga se une a Viena para prolongar los controles en las fronteras terrestres, el transporte de mercancías por carretera y los viajes de negocios entre la República Checa, Austria y Eslovaquia podrían sufrir retrasos adicionales durante el primer trimestre de 2026. En el lado positivo, Babiš reiteró que no impulsará un referéndum sobre la pertenencia a la UE o la OTAN, lo que calma los temores de que una línea más dura en inmigración pueda anticipar un giro más euroescéptico.
A corto plazo, los responsables de movilidad deben informar al personal viajero sobre la probabilidad de controles policiales puntuales, especialmente en los corredores D2 y D52, y comenzar a planificar contingencias ante posibles plazos más largos para la tramitación de permisos de trabajo hasta que el nuevo gobierno aclare las cuotas asignadas para 2026.
Documentos preliminares de la coalición, obtenidos por Radio Checa, indican que el nuevo gobierno “se opondrá a las transferencias solidarias obligatorias bajo el Pacto de Migración de la UE” y exigirá el derecho a restablecer controles fronterizos internos con Eslovaquia y Austria “cada vez que aumente la presión migratoria”. Los partidos también acuerdan endurecer las cuotas de migración laboral, limitar las visas de reunificación familiar y buscar exenciones de Bruselas respecto a la reforma prevista de la Tarjeta Azul de la UE. El líder del SPD, Tomio Okamura, declaró a la prensa que la coalición “protegerá primero los empleos checos” elevando los umbrales salariales mínimos para las Tarjetas de Empleado y restringiendo los programas de contratación de trabajadores menos cualificados que actualmente benefician a la industria manufacturera.
Para las multinacionales, estos cambios podrían ralentizar las asignaciones internacionales y complicar las estrategias regionales de personal. Las plantas automotrices y electrónicas en Moravia — muchas de las cuales dependen de trabajadores temporales de Ucrania, Serbia y Mongolia — advierten que una reducción adicional de cuotas agravaría la escasez de habilidades existente. Los equipos globales de recursos humanos deben seguir de cerca la redacción final del acuerdo de coalición (prevista para mediados de diciembre) y prepararse para plazos de presentación más cortos, requisitos salariales más altos y controles documentales más frecuentes en los consulados checos.
La postura antiinmigración de la coalición también podría tener repercusiones en el espacio Schengen. Si Praga se une a Viena para prolongar los controles en las fronteras terrestres, el transporte de mercancías por carretera y los viajes de negocios entre la República Checa, Austria y Eslovaquia podrían sufrir retrasos adicionales durante el primer trimestre de 2026. En el lado positivo, Babiš reiteró que no impulsará un referéndum sobre la pertenencia a la UE o la OTAN, lo que calma los temores de que una línea más dura en inmigración pueda anticipar un giro más euroescéptico.
A corto plazo, los responsables de movilidad deben informar al personal viajero sobre la probabilidad de controles policiales puntuales, especialmente en los corredores D2 y D52, y comenzar a planificar contingencias ante posibles plazos más largos para la tramitación de permisos de trabajo hasta que el nuevo gobierno aclare las cuotas asignadas para 2026.








