
En declaraciones recogidas por el Financial Times el 4 de diciembre, el ministro de Asuntos Internos de Luxemburgo, Léon Gloden, criticó a Alemania y a la Comisión Europea por permitir controles prolongados en las fronteras internas del espacio Schengen. Gloden argumentó que los controles diarios en la frontera entre Luxemburgo y Alemania afectan a unos 52.000 trabajadores transfronterizos y contravienen las normas de libre circulación de la UE.
Contrastó la postura rígida de Berlín con la de Francia y Bélgica, que, según él, aplican operaciones policiales "selectivas y flexibles" que minimizan las demoras. Bélgica eliminó la mayoría de los controles puntuales a principios de este año, apostando por equipos móviles y perfiles basados en datos, un modelo que Luxemburgo quiere que Alemania adopte.
La disputa es importante para los empleadores belgas en torno a Arlon y el corredor Lieja-Tréveris, donde los planes de personal dependen de un tránsito transfronterizo fluido. Los controles prolongados alemanes ya han llevado a algunas empresas logísticas belgas a desviar entregas a través de los Países Bajos. Si la Comisión endurece la supervisión, la postura cooperativa de Bélgica podría servir de modelo y preservar la movilidad de trabajadores y transportistas belgas.
La Comisión respondió que está consultando a los Estados miembros sobre un nuevo mecanismo de evaluación de Schengen. Funcionarios belgas reciben con agrado esta revisión en privado, señalando que los controles asimétricos generan "distorsiones competitivas" en la región del Benelux.
Contrastó la postura rígida de Berlín con la de Francia y Bélgica, que, según él, aplican operaciones policiales "selectivas y flexibles" que minimizan las demoras. Bélgica eliminó la mayoría de los controles puntuales a principios de este año, apostando por equipos móviles y perfiles basados en datos, un modelo que Luxemburgo quiere que Alemania adopte.
La disputa es importante para los empleadores belgas en torno a Arlon y el corredor Lieja-Tréveris, donde los planes de personal dependen de un tránsito transfronterizo fluido. Los controles prolongados alemanes ya han llevado a algunas empresas logísticas belgas a desviar entregas a través de los Países Bajos. Si la Comisión endurece la supervisión, la postura cooperativa de Bélgica podría servir de modelo y preservar la movilidad de trabajadores y transportistas belgas.
La Comisión respondió que está consultando a los Estados miembros sobre un nuevo mecanismo de evaluación de Schengen. Funcionarios belgas reciben con agrado esta revisión en privado, señalando que los controles asimétricos generan "distorsiones competitivas" en la región del Benelux.








