
Una zona geográfica temporal para UAS—denominada T3—que abarcaba toda la zona de control de Dublín expiró a las 06:00 del 3 de diciembre de 2025, tras una prohibición de tres días para vuelos recreativos y comerciales de drones. La Autoridad de Aviación Irlandesa (IAA) impuso la restricción a solicitud del Departamento de Justicia por “razones de seguridad nacional”; solo los operadores con aprobaciones específicas y permisos de la Garda podían volar.
Aunque la IAA no reveló la evaluación de la amenaza, fuentes aeronáuticas indican que la medida coincidió con inteligencia sobre posibles interferencias de drones en eventos públicos de alto perfil en la capital. La restricción generalizada se superpuso a las ‘zonas rojas’ existentes cerca del Aeropuerto de Dublín, obligando a medios de comunicación y empresas de construcción a posponer trabajos aéreos planificados.
Para los equipos de movilidad corporativa, el aviso T3 fue un recordatorio de que los levantamientos con drones y grabaciones para marketing requieren planes de contingencia. Incumplir la norma es un delito, y las pólizas de seguro pueden quedar anuladas si los operadores violan una zona temporal, incluso de forma inadvertida mediante rutas de vuelo automatizadas.
Aunque la prohibición ha finalizado, la IAA advirtió que restricciones similares con poco aviso podrían reaparecer y recomendó a los operadores suscribirse a sus alertas NOTAM. Las empresas que usen drones para pruebas logísticas o inspecciones deben mantener aprobaciones operativas actualizadas y consultar el mapa interactivo de la IAA antes de desplegar.
Este episodio refleja una tendencia creciente en Europa hacia controles rápidos del espacio aéreo para contrarrestar riesgos de seguridad, con implicaciones para compañías que integran drones en cadenas de suministro o servicios creativos.
Aunque la IAA no reveló la evaluación de la amenaza, fuentes aeronáuticas indican que la medida coincidió con inteligencia sobre posibles interferencias de drones en eventos públicos de alto perfil en la capital. La restricción generalizada se superpuso a las ‘zonas rojas’ existentes cerca del Aeropuerto de Dublín, obligando a medios de comunicación y empresas de construcción a posponer trabajos aéreos planificados.
Para los equipos de movilidad corporativa, el aviso T3 fue un recordatorio de que los levantamientos con drones y grabaciones para marketing requieren planes de contingencia. Incumplir la norma es un delito, y las pólizas de seguro pueden quedar anuladas si los operadores violan una zona temporal, incluso de forma inadvertida mediante rutas de vuelo automatizadas.
Aunque la prohibición ha finalizado, la IAA advirtió que restricciones similares con poco aviso podrían reaparecer y recomendó a los operadores suscribirse a sus alertas NOTAM. Las empresas que usen drones para pruebas logísticas o inspecciones deben mantener aprobaciones operativas actualizadas y consultar el mapa interactivo de la IAA antes de desplegar.
Este episodio refleja una tendencia creciente en Europa hacia controles rápidos del espacio aéreo para contrarrestar riesgos de seguridad, con implicaciones para compañías que integran drones en cadenas de suministro o servicios creativos.







