
A partir del 1 de diciembre de 2025, los nacionales de terceros países que vivan justo al otro lado de las fronteras de Austria podrán solicitar el nuevo “Permiso de Residencia – Trabajador Transfronterizo” (Aufenthaltstitel Grenzgänger). Basado en el §12e de la Ley de Empleo de Extranjeros modificada, este permiso permite a residentes no comunitarios de Eslovaquia, República Checa, Hungría y Eslovenia desplazarse diariamente a distritos austriacos designados sin necesidad de trasladar su residencia principal. Las autoridades prevén unas 250 aprobaciones en el primer año, lo que refleja el carácter selectivo del programa.
Los requisitos se basan en tres pilares: (1) un título de residencia a largo plazo sin restricciones en el país vecino, (2) residencia principal fuera de Austria y (3) un contrato laboral vinculante con un empleador austriaco ubicado en un distrito fronterizo como Innsbruck, Salzburgo o Villach. El Servicio Público de Empleo (AMS) debe certificar una escasez local de mano de obra antes de conceder cualquier permiso, manteniendo así la prueba de mercado laboral.
Para los empleadores, esta nueva vía cubre una necesidad importante. Hasta ahora, los trabajadores fronterizos no comunitarios debían gestionar permisos de trabajo temporales y cumplir con la regla Schengen de 90/180 días. El permiso específico para trabajadores transfronterizos pone a Austria en línea con Alemania, Francia y Suiza, que ofrecen pases similares para aliviar los cuellos de botella laborales en los corredores de manufactura y logística.
Los equipos de movilidad corporativa deberían revisar sus matrices de reubicación: ingenieros junior que vivan en Bratislava o Brno podrían optar por el permiso de trabajador transfronterizo en lugar de la tarjeta Roja-Blanca-Roja completa, reduciendo así los costes de traslado. Sin embargo, las estancias nocturnas en Austria requieren una inscripción policial obligatoria en un plazo de tres días; el incumplimiento puede acarrear multas de hasta 1.000 €.
Los requisitos se basan en tres pilares: (1) un título de residencia a largo plazo sin restricciones en el país vecino, (2) residencia principal fuera de Austria y (3) un contrato laboral vinculante con un empleador austriaco ubicado en un distrito fronterizo como Innsbruck, Salzburgo o Villach. El Servicio Público de Empleo (AMS) debe certificar una escasez local de mano de obra antes de conceder cualquier permiso, manteniendo así la prueba de mercado laboral.
Para los empleadores, esta nueva vía cubre una necesidad importante. Hasta ahora, los trabajadores fronterizos no comunitarios debían gestionar permisos de trabajo temporales y cumplir con la regla Schengen de 90/180 días. El permiso específico para trabajadores transfronterizos pone a Austria en línea con Alemania, Francia y Suiza, que ofrecen pases similares para aliviar los cuellos de botella laborales en los corredores de manufactura y logística.
Los equipos de movilidad corporativa deberían revisar sus matrices de reubicación: ingenieros junior que vivan en Bratislava o Brno podrían optar por el permiso de trabajador transfronterizo en lugar de la tarjeta Roja-Blanca-Roja completa, reduciendo así los costes de traslado. Sin embargo, las estancias nocturnas en Austria requieren una inscripción policial obligatoria en un plazo de tres días; el incumplimiento puede acarrear multas de hasta 1.000 €.










