
Altos funcionarios del Reino Unido y la Unión Europea confirmaron el 1 de diciembre que están en marcha negociaciones para que Gran Bretaña vuelva a integrarse en el programa de intercambio estudiantil Erasmus+ para el año académico 2027. El diálogo, iniciado en la cumbre Reino Unido-UE de mayo de 2025, también incluye un acuerdo paralelo de “movilidad juvenil” que otorgaría visados de trabajo recíprocos de 12 a 24 meses para ciudadanos de entre 18 y 30 años.
La reincorporación a Erasmus revertiría la retirada post-Brexit que llevó a las universidades británicas a apostar por el programa Turing, de menor escala. Universities UK señala que los participantes en Erasmus tienen un 23 % más de probabilidades de conseguir empleos internacionales al inicio de sus carreras, y la Confederación de la Industria Británica sostiene que restaurar el programa hará al Reino Unido más atractivo para inversores multinacionales en I+D.
El acuerdo de movilidad juvenil propuesto es similar a los esquemas existentes con Australia, Canadá y Japón, pero aplicaría a los 27 estados miembros de la UE. Fuentes en Bruselas indican que se contemplan cuotas de 40,000 visados anuales, renovables una vez, con límites sectoriales para atender las preocupaciones británicas sobre el impacto en el mercado laboral. Según informes, el Ministerio del Interior estaría abierto a un modelo de “uno entra, uno sale” que vincule la cuota a reducciones en la migración de baja cualificación.
Para los profesionales de movilidad global, un programa juvenil de la UE crearía un nuevo flujo de talento junior capaz de trabajar en el Reino Unido sin costes de patrocinio, aliviando la presión sobre las asignaciones de visados para graduados y trabajadores cualificados. Sin embargo, las empresas deberían preparar procesos de incorporación que recojan pruebas del derecho a trabajar específicas para esta nueva categoría de visado.
Los negociadores advierten que aún existen obstáculos políticos, especialmente en torno a los mecanismos de resolución de disputas y el reconocimiento de cualificaciones profesionales. No obstante, ambas partes consideran que Erasmus y la movilidad juvenil son “frutos al alcance” que podrían acordarse incluso si las conversaciones más amplias sobre cooperación en defensa siguen estancadas. Se espera una declaración conjunta en la próxima reunión del Consejo de Asociación en febrero de 2026.
La reincorporación a Erasmus revertiría la retirada post-Brexit que llevó a las universidades británicas a apostar por el programa Turing, de menor escala. Universities UK señala que los participantes en Erasmus tienen un 23 % más de probabilidades de conseguir empleos internacionales al inicio de sus carreras, y la Confederación de la Industria Británica sostiene que restaurar el programa hará al Reino Unido más atractivo para inversores multinacionales en I+D.
El acuerdo de movilidad juvenil propuesto es similar a los esquemas existentes con Australia, Canadá y Japón, pero aplicaría a los 27 estados miembros de la UE. Fuentes en Bruselas indican que se contemplan cuotas de 40,000 visados anuales, renovables una vez, con límites sectoriales para atender las preocupaciones británicas sobre el impacto en el mercado laboral. Según informes, el Ministerio del Interior estaría abierto a un modelo de “uno entra, uno sale” que vincule la cuota a reducciones en la migración de baja cualificación.
Para los profesionales de movilidad global, un programa juvenil de la UE crearía un nuevo flujo de talento junior capaz de trabajar en el Reino Unido sin costes de patrocinio, aliviando la presión sobre las asignaciones de visados para graduados y trabajadores cualificados. Sin embargo, las empresas deberían preparar procesos de incorporación que recojan pruebas del derecho a trabajar específicas para esta nueva categoría de visado.
Los negociadores advierten que aún existen obstáculos políticos, especialmente en torno a los mecanismos de resolución de disputas y el reconocimiento de cualificaciones profesionales. No obstante, ambas partes consideran que Erasmus y la movilidad juvenil son “frutos al alcance” que podrían acordarse incluso si las conversaciones más amplias sobre cooperación en defensa siguen estancadas. Se espera una declaración conjunta en la próxima reunión del Consejo de Asociación en febrero de 2026.










