
La Ciudad de París ha cancelado su concierto anual de Nochevieja en los Campos Elíseos tras la advertencia de la policía sobre riesgos de control de multitudes y seguridad. Aunque se mantiene el espectáculo de fuegos artificiales, la eliminación de la música en vivo reducirá significativamente la duración del programa, disminuyendo la probabilidad de aglomeraciones densas y prolongadas que suelen atraer hasta un millón de personas.
Para los gestores de viajes, este cambio simplifica, pero también complica, los itinerarios festivos. Los hoteles y restaurantes a lo largo de la emblemática avenida podrían recibir menos clientes nocturnos, alterando las previsiones de demanda. Por otro lado, las autoridades podrían redirigir a los espectadores a otros puntos de observación, generando flujos de gente impredecibles que afectarían los traslados al aeropuerto y las operaciones de autobuses en el centro de París.
El prefecto de policía, Laurent Nuñez, mencionó una “presión sin precedentes sobre los recursos de seguridad” mientras Francia mantiene controles internos en las fronteras Schengen y se prepara para niveles de alerta elevados durante los mercados navideños. La decisión se anunció el 2 de diciembre, dando a los operadores turísticos cuatro semanas para ajustar la logística.
Las empresas de gestión de eventos que habían reservado paquetes VIP en las gradas ahora exploran opciones como terrazas en azoteas y alquileres privados de barcos por el Sena. Los planificadores de movilidad deben confirmar si los autobuses lanzadera han actualizado sus zonas de bajada y si el metro mantendrá su horario habitual durante toda la noche.
La cancelación representa un caso ejemplar del delicado equilibrio entre la promoción turística y las obligaciones de seguridad pública en la Europa postpandemia. También muestra cómo los cambios rápidos en las políticas pueden afectar los presupuestos de hospitalidad corporativa, las vacaciones festivas de expatriados y los viajes de ocio de última hora. Las empresas deberían informar a sus viajeros sobre las opciones revisadas para celebrar y recomendar salidas anticipadas para evitar congestiones conforme se acerque la medianoche.
Para los gestores de viajes, este cambio simplifica, pero también complica, los itinerarios festivos. Los hoteles y restaurantes a lo largo de la emblemática avenida podrían recibir menos clientes nocturnos, alterando las previsiones de demanda. Por otro lado, las autoridades podrían redirigir a los espectadores a otros puntos de observación, generando flujos de gente impredecibles que afectarían los traslados al aeropuerto y las operaciones de autobuses en el centro de París.
El prefecto de policía, Laurent Nuñez, mencionó una “presión sin precedentes sobre los recursos de seguridad” mientras Francia mantiene controles internos en las fronteras Schengen y se prepara para niveles de alerta elevados durante los mercados navideños. La decisión se anunció el 2 de diciembre, dando a los operadores turísticos cuatro semanas para ajustar la logística.
Las empresas de gestión de eventos que habían reservado paquetes VIP en las gradas ahora exploran opciones como terrazas en azoteas y alquileres privados de barcos por el Sena. Los planificadores de movilidad deben confirmar si los autobuses lanzadera han actualizado sus zonas de bajada y si el metro mantendrá su horario habitual durante toda la noche.
La cancelación representa un caso ejemplar del delicado equilibrio entre la promoción turística y las obligaciones de seguridad pública en la Europa postpandemia. También muestra cómo los cambios rápidos en las políticas pueden afectar los presupuestos de hospitalidad corporativa, las vacaciones festivas de expatriados y los viajes de ocio de última hora. Las empresas deberían informar a sus viajeros sobre las opciones revisadas para celebrar y recomendar salidas anticipadas para evitar congestiones conforme se acerque la medianoche.










