
La aerolínea australiana de bajo costo Jetstar pasó el fin de semana contra reloj después de que Airbus emitiera el 30 de noviembre una directiva mundial de emergencia que dejó en tierra miles de aviones de la familia A320. El fabricante advirtió que una reciente actualización del software del sistema de control de vuelo podría corromperse por la intensa radiación solar, tras vincular los investigadores este fallo con una alarmante caída en picado de un A320 de JetBlue sobre Estados Unidos a finales de octubre. Se ordenó a todos los operadores revertir la actualización antes de que los aviones pudieran volver a volar.
Para Jetstar, la orden llegó en el peor momento posible: el inicio de la temporada alta de vacaciones de verano. Treinta y cuatro de los 86 A320 de la aerolínea necesitaban el parche de dos a tres horas, lo que obligó a cancelar alrededor de 90 vuelos domésticos y de corta distancia internacional el sábado 1 de diciembre. Se formaron largas filas rápidamente en Melbourne, Sídney y Brisbane mientras los pasajeros buscaban alternativas; algunos fueron reubicados en la aerolínea matriz Qantas, mientras que otros aceptaron reembolsos o vales para hoteles durante la noche.
Los ingenieros trabajaron toda la noche, abordando cada avión para reinstalar la versión anterior del software y realizar pruebas de control de vuelo. A primeras horas del domingo, todos los aviones afectados fueron autorizados para volar, lo que permitió a Jetstar anunciar un “retorno a la normalidad” en su red, aunque la aerolínea advirtió que podrían persistir retrasos residuales durante 24 horas más mientras se reposicionaban aviones y tripulaciones.
El incidente pone de manifiesto la fragilidad de las operaciones aéreas en una era de flotas cada vez más dependientes del software. Los gestores de movilidad que trasladan personal por Australia fueron recordados de incluir márgenes de contingencia en los itinerarios y de exigir protecciones en los billetes para que el personal varado pueda ser reubicado rápidamente. Airbus, por su parte, pidió disculpas pero subrayó que la medida era esencial para la seguridad de vuelo; los reguladores están revisando ahora los procesos de certificación para futuras actualizaciones de software.
Los analistas de viajes señalan que la interrupción tendrá un impacto financiero marginal para Jetstar, pero sirve como una llamada de atención para las aerolíneas y los equipos de viajes corporativos sobre los riesgos derivados de las actualizaciones digitales en la aviónica, especialmente con la actividad de las erupciones solares que se prevé alcanzará su pico en 2026.
Para Jetstar, la orden llegó en el peor momento posible: el inicio de la temporada alta de vacaciones de verano. Treinta y cuatro de los 86 A320 de la aerolínea necesitaban el parche de dos a tres horas, lo que obligó a cancelar alrededor de 90 vuelos domésticos y de corta distancia internacional el sábado 1 de diciembre. Se formaron largas filas rápidamente en Melbourne, Sídney y Brisbane mientras los pasajeros buscaban alternativas; algunos fueron reubicados en la aerolínea matriz Qantas, mientras que otros aceptaron reembolsos o vales para hoteles durante la noche.
Los ingenieros trabajaron toda la noche, abordando cada avión para reinstalar la versión anterior del software y realizar pruebas de control de vuelo. A primeras horas del domingo, todos los aviones afectados fueron autorizados para volar, lo que permitió a Jetstar anunciar un “retorno a la normalidad” en su red, aunque la aerolínea advirtió que podrían persistir retrasos residuales durante 24 horas más mientras se reposicionaban aviones y tripulaciones.
El incidente pone de manifiesto la fragilidad de las operaciones aéreas en una era de flotas cada vez más dependientes del software. Los gestores de movilidad que trasladan personal por Australia fueron recordados de incluir márgenes de contingencia en los itinerarios y de exigir protecciones en los billetes para que el personal varado pueda ser reubicado rápidamente. Airbus, por su parte, pidió disculpas pero subrayó que la medida era esencial para la seguridad de vuelo; los reguladores están revisando ahora los procesos de certificación para futuras actualizaciones de software.
Los analistas de viajes señalan que la interrupción tendrá un impacto financiero marginal para Jetstar, pero sirve como una llamada de atención para las aerolíneas y los equipos de viajes corporativos sobre los riesgos derivados de las actualizaciones digitales en la aviónica, especialmente con la actividad de las erupciones solares que se prevé alcanzará su pico en 2026.









