
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) dio un paso importante hacia una movilidad al estilo Schengen el 2 de diciembre al activar un sistema piloto de “control fronterizo único” en los vuelos entre los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Bajo este esquema, los ciudadanos de los seis estados del CCG completan los controles de inmigración, aduanas y seguridad únicamente en el aeropuerto de salida; a su llegada, son tratados como pasajeros nacionales y pueden dirigirse directamente a la recogida de equipaje o a sus vuelos de conexión.
El concepto fue aprobado por los ministros del interior del CCG el mes pasado y ahora se está probando durante el intenso periodo de viajes por el Día Nacional. Jasem Mohamed Al Budaiwi, secretario general del CCG, indicó que la prueba se extenderá hasta fin de año antes de ampliarse a otras rutas dentro del CCG y, si tiene éxito técnico, a las fronteras terrestres que concentran la mayor parte del tráfico comercial regional. Los funcionarios también confirmaron que se han establecido plataformas de intercambio de datos para compartir información de pasajeros en tiempo real, un requisito indispensable para el reconocimiento mutuo de los controles de salida y entrada.
Para los equipos de movilidad corporativa, este piloto podría ser revolucionario. “Si se implementa en todo el bloque, ahorraríamos al menos una hora en cada rotación de vuelos cortos en el Golfo”, afirmó Sarah Al-Hassan, gerente regional de viajes de una empresa de ingeniería con sede en Dubái. Los controles más rápidos se traducen en horarios más ajustados, reducción de costos por espera de conductores y menor exposición a riesgos en aeropuertos concurridos. Las multinacionales que gestionan talento en varios estados del Golfo —especialmente en sectores como petróleo y gas, consultoría y retail— se beneficiarían de asignaciones de trabajo sin fricciones.
A largo plazo, el sistema de control único se considera un ensayo general para la visa turística unificada que el CCG planea lanzar en 2026. Aunque el piloto aplica solo a nacionales del CCG, los ministros han insinuado que en fases futuras podrían incluirse residentes y visitantes internacionales. Esto permitiría a las empresas contar con una política regional de viajes única en lugar de seis normativas de entrada diferentes, además de apoyar la ambición de los Emiratos Árabes Unidos de convertirse en un centro de turismo para toda la región del Golfo.
Consejo práctico: las empresas con tráfico frecuente entre Emiratos Árabes Unidos y Bahréin deben informar a sus viajeros que los controles de salida en Dubái y Abu Dabi ahora funcionarán como controles de entrada para Manama y viceversa. Los pasajeros deben llevar pasaporte, pero las tarjetas de embarque serán selladas como “aprobadas” para agilizar su paso por las salas de llegada. Cualquier pasajero que no cumpla con los trámites en la salida será sometido a un proceso completo —y posibles multas— al aterrizar.
El concepto fue aprobado por los ministros del interior del CCG el mes pasado y ahora se está probando durante el intenso periodo de viajes por el Día Nacional. Jasem Mohamed Al Budaiwi, secretario general del CCG, indicó que la prueba se extenderá hasta fin de año antes de ampliarse a otras rutas dentro del CCG y, si tiene éxito técnico, a las fronteras terrestres que concentran la mayor parte del tráfico comercial regional. Los funcionarios también confirmaron que se han establecido plataformas de intercambio de datos para compartir información de pasajeros en tiempo real, un requisito indispensable para el reconocimiento mutuo de los controles de salida y entrada.
Para los equipos de movilidad corporativa, este piloto podría ser revolucionario. “Si se implementa en todo el bloque, ahorraríamos al menos una hora en cada rotación de vuelos cortos en el Golfo”, afirmó Sarah Al-Hassan, gerente regional de viajes de una empresa de ingeniería con sede en Dubái. Los controles más rápidos se traducen en horarios más ajustados, reducción de costos por espera de conductores y menor exposición a riesgos en aeropuertos concurridos. Las multinacionales que gestionan talento en varios estados del Golfo —especialmente en sectores como petróleo y gas, consultoría y retail— se beneficiarían de asignaciones de trabajo sin fricciones.
A largo plazo, el sistema de control único se considera un ensayo general para la visa turística unificada que el CCG planea lanzar en 2026. Aunque el piloto aplica solo a nacionales del CCG, los ministros han insinuado que en fases futuras podrían incluirse residentes y visitantes internacionales. Esto permitiría a las empresas contar con una política regional de viajes única en lugar de seis normativas de entrada diferentes, además de apoyar la ambición de los Emiratos Árabes Unidos de convertirse en un centro de turismo para toda la región del Golfo.
Consejo práctico: las empresas con tráfico frecuente entre Emiratos Árabes Unidos y Bahréin deben informar a sus viajeros que los controles de salida en Dubái y Abu Dabi ahora funcionarán como controles de entrada para Manama y viceversa. Los pasajeros deben llevar pasaporte, pero las tarjetas de embarque serán selladas como “aprobadas” para agilizar su paso por las salas de llegada. Cualquier pasajero que no cumpla con los trámites en la salida será sometido a un proceso completo —y posibles multas— al aterrizar.










