
Las defensas fronterizas marítimas del Reino Unido operaban hoy con un equipo mínimo, ya que más de 120 miembros del sindicato Public and Commercial Services (PCS) realizaron una huelga desde las 6 a.m. hasta las 6 p.m. (GMT) del 1 de diciembre. La protesta, limitada al personal marítimo de la Border Force, sigue a una paralización anterior el 14 de noviembre que dejó varios patrulleros anclados en puerto. Los sindicalistas denuncian un estancamiento de seis años en las asignaciones especiales por servicio en el mar y una revisión pendiente de sus condiciones laborales, lo que los ha dejado “furiosos y desvalorizados”.
Los oficiales marítimos de la Border Force tripulan los barcos patrulla que interceptan cruces en pequeñas embarcaciones por el Canal, abordan buques de carga y pasajeros para controles migratorios, y apoyan operaciones contra el terrorismo y el contrabando. Durante las 12 horas de huelga, el Ministerio del Interior reasignó personal terrestre de la Border Force y solicitó ayuda de la Marina Real para garantizar una presencia mínima en el mar, aunque fuentes internas reconocieron que la capacidad de patrulla proactiva se redujo “significativamente”. Operadores de ferris en Dover y gestores de carga en puertos importantes como Felixstowe reportaron retrasos menores en inspecciones de mercancías entrantes; las compañías de servicios limitados en el Canal cancelaron dos salidas por precaución.
El conflicto gira en torno a las asignaciones “congeladas” que pueden alcanzar hasta £5,000 anuales por tareas marítimas. El PCS afirma que los oficiales llevan más de seis años esperando la revisión de estas asignaciones, mientras que sus colegas en aviación y transporte de carga han recibido aumentos. El 96% de los miembros consultados apoyó la huelga, y el 95% respaldó acciones alternativas a la huelga. Los dirigentes del PCS acusan al Ministerio del Interior de incumplir repetidamente los plazos de negociación: “Nuestros miembros se enfrentan al peligro en alta mar. No deberían retroceder en términos reales de salario”, declaró Paul O’Connor, representante nacional del PCS.
Para las empresas que transportan mercancías o personal por mar, la paralización de hoy es un recordatorio de la vulnerabilidad del Reino Unido ante conflictos laborales en puntos fronterizos críticos. Se aconsejó a las multinacionales con cadenas de suministro just-in-time que estén atentas a futuros anuncios del PCS; el sindicato ha amenazado con acciones rotativas de 12 horas durante la Navidad si no hay avances en las negociaciones. Se recomendó a las compañías que dependen de personal temporal o rotativo que llega en ferry considerar posibles retrasos en el desembarque y mantener a mano documentos que acrediten el derecho a trabajar, en caso de que se restablezcan controles secundarios cuando se normalice el personal.
El Ministerio del Interior expresó que “lamenta cualquier interrupción” y aseguró que la seguridad nacional no se verá comprometida. Sin embargo, la huelga ocurre en un momento políticamente delicado: la próxima semana se publicarán nuevas cifras de llegadas en pequeñas embarcaciones, y los ministros buscan mostrar un control firme de las fronteras británicas antes del pico de viajes navideños. Un acuerdo negociado antes de la próxima ventana de huelga, el 17 de diciembre, se perfila ahora como clave para evitar más daños a la reputación y problemas logísticos tanto para viajeros de negocios como para operadores de carga.
Los oficiales marítimos de la Border Force tripulan los barcos patrulla que interceptan cruces en pequeñas embarcaciones por el Canal, abordan buques de carga y pasajeros para controles migratorios, y apoyan operaciones contra el terrorismo y el contrabando. Durante las 12 horas de huelga, el Ministerio del Interior reasignó personal terrestre de la Border Force y solicitó ayuda de la Marina Real para garantizar una presencia mínima en el mar, aunque fuentes internas reconocieron que la capacidad de patrulla proactiva se redujo “significativamente”. Operadores de ferris en Dover y gestores de carga en puertos importantes como Felixstowe reportaron retrasos menores en inspecciones de mercancías entrantes; las compañías de servicios limitados en el Canal cancelaron dos salidas por precaución.
El conflicto gira en torno a las asignaciones “congeladas” que pueden alcanzar hasta £5,000 anuales por tareas marítimas. El PCS afirma que los oficiales llevan más de seis años esperando la revisión de estas asignaciones, mientras que sus colegas en aviación y transporte de carga han recibido aumentos. El 96% de los miembros consultados apoyó la huelga, y el 95% respaldó acciones alternativas a la huelga. Los dirigentes del PCS acusan al Ministerio del Interior de incumplir repetidamente los plazos de negociación: “Nuestros miembros se enfrentan al peligro en alta mar. No deberían retroceder en términos reales de salario”, declaró Paul O’Connor, representante nacional del PCS.
Para las empresas que transportan mercancías o personal por mar, la paralización de hoy es un recordatorio de la vulnerabilidad del Reino Unido ante conflictos laborales en puntos fronterizos críticos. Se aconsejó a las multinacionales con cadenas de suministro just-in-time que estén atentas a futuros anuncios del PCS; el sindicato ha amenazado con acciones rotativas de 12 horas durante la Navidad si no hay avances en las negociaciones. Se recomendó a las compañías que dependen de personal temporal o rotativo que llega en ferry considerar posibles retrasos en el desembarque y mantener a mano documentos que acrediten el derecho a trabajar, en caso de que se restablezcan controles secundarios cuando se normalice el personal.
El Ministerio del Interior expresó que “lamenta cualquier interrupción” y aseguró que la seguridad nacional no se verá comprometida. Sin embargo, la huelga ocurre en un momento políticamente delicado: la próxima semana se publicarán nuevas cifras de llegadas en pequeñas embarcaciones, y los ministros buscan mostrar un control firme de las fronteras británicas antes del pico de viajes navideños. Un acuerdo negociado antes de la próxima ventana de huelga, el 17 de diciembre, se perfila ahora como clave para evitar más daños a la reputación y problemas logísticos tanto para viajeros de negocios como para operadores de carga.








