
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia confirmó el 30 de noviembre que sus embajadas en Islamabad, Kabul y Yangon cerrarán durante 2026, tras una revisión estratégica de la red de 90 misiones de Helsinki. Las autoridades citaron riesgos de seguridad, oportunidades comerciales limitadas y el alto costo de mantener puestos de servicio completo en mercados volátiles.
La ministra de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, destacó que Finlandia no se retira por completo del sur y sureste de Asia: las misiones serán reemplazadas por oficinas comerciales más pequeñas, centradas en la promoción del comercio en lugar de servicios consulares. Para los ciudadanos finlandeses, la asistencia consular y la emisión de documentos de viaje de emergencia serán gestionadas por embajadas en países vecinos, como Nueva Delhi y Bangkok.
El mayor impacto lo sentirán los ciudadanos paquistaníes, afganos y birmanos que necesiten visados Schengen o permisos de residencia finlandeses. Tendrán que desplazarse a centros de solicitud de visados en terceros países, lo que añadirá costos y tiempo a procesos ya de por sí largos. Los empleadores multinacionales con rotación de personal en la región deberán ajustar los plazos para la presentación de visados finlandeses y actualizar los planes de respuesta ante crisis que dependan de la ayuda consular local.
Esta medida refleja una tendencia nórdica más amplia hacia la consolidación de la presencia física y la expansión de los servicios consulares digitales. Las empresas deben prepararse para una mayor dependencia de solicitudes en línea, eventos biométricos itinerantes y semanas regionales de visados, ninguno de los cuales ofrece la inmediatez de una embajada en el país.
La ministra de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, destacó que Finlandia no se retira por completo del sur y sureste de Asia: las misiones serán reemplazadas por oficinas comerciales más pequeñas, centradas en la promoción del comercio en lugar de servicios consulares. Para los ciudadanos finlandeses, la asistencia consular y la emisión de documentos de viaje de emergencia serán gestionadas por embajadas en países vecinos, como Nueva Delhi y Bangkok.
El mayor impacto lo sentirán los ciudadanos paquistaníes, afganos y birmanos que necesiten visados Schengen o permisos de residencia finlandeses. Tendrán que desplazarse a centros de solicitud de visados en terceros países, lo que añadirá costos y tiempo a procesos ya de por sí largos. Los empleadores multinacionales con rotación de personal en la región deberán ajustar los plazos para la presentación de visados finlandeses y actualizar los planes de respuesta ante crisis que dependan de la ayuda consular local.
Esta medida refleja una tendencia nórdica más amplia hacia la consolidación de la presencia física y la expansión de los servicios consulares digitales. Las empresas deben prepararse para una mayor dependencia de solicitudes en línea, eventos biométricos itinerantes y semanas regionales de visados, ninguno de los cuales ofrece la inmediatez de una embajada en el país.











