
Las aerolíneas chinas han realizado uno de sus mayores recortes colectivos de vuelos desde la pandemia, eliminando una cuarta parte de los vuelos programados entre China y Japón para diciembre de 2025. Datos recopilados por OAG y analizados por AeroRoutes muestran que 16 aerolíneas redujeron las frecuencias de vuelos de ida de 4,703 a 3,537 y los asientos de 884,148 a 672,568. Compañías emblemáticas como China Eastern, China Southern y Air China están recortando servicios a Osaka Kansai, Sapporo y Tokio Narita, mientras que operadores más pequeños como Loong Air y 9 Air han suspendido por completo sus vuelos a Japón.
Este fuerte retroceso sigue a la advertencia de viaje emitida a finales de noviembre por Pekín, que alertó a sus ciudadanos sobre “riesgos de seguridad” tras las declaraciones de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi sobre Taiwán. Las plataformas de reservas reportan que la demanda de ocio china para las vacaciones de Año Nuevo en Japón se ha desplomado; Global Times menciona cancelaciones en 72 rutas y una eliminación total del 16 % de los vuelos de diciembre. El Aeropuerto Internacional de Kansai se prepara para recibir entre 30,000 y 40,000 visitantes chinos menos hasta marzo.
Más allá de la aviación, los comercios japoneses también sienten el impacto. Las marcas en las principales calles comerciales, que dependen del gasto turístico chino, registran caídas de dos dígitos en las reservas anticipadas de grupos, y el Hotel Imperial de Tokio ya ha reportado aplazamientos en reservas de banquetes por parte de empresas del continente. Mientras tanto, las agencias de viajes online chinas indican que Tailandia y Corea del Sur han escalado a los primeros puestos en las búsquedas de destinos alternativos.
Para los planificadores de movilidad corporativa, estos recortes de capacidad implican menor oferta de asientos, tarifas más altas y rutas más largas para los empleados que viajan entre China y Japón. Se recomienda a los empleadores fomentar la compra anticipada de billetes, considerar aeropuertos alternativos (como Seúl o Taipéi) y estar atentos a nuevas programaciones que se publicarán a mediados de diciembre, cuando las aerolíneas finalicen sus horarios para el Año Nuevo Lunar.
Si la disputa diplomática persiste, los analistas prevén que la capacidad aérea bilateral cierre 2025 en apenas un 55 % de los niveles previos a la COVID, retrasando la recuperación total del corredor de viajes de negocios que antes era muy activo en la región.
Este fuerte retroceso sigue a la advertencia de viaje emitida a finales de noviembre por Pekín, que alertó a sus ciudadanos sobre “riesgos de seguridad” tras las declaraciones de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi sobre Taiwán. Las plataformas de reservas reportan que la demanda de ocio china para las vacaciones de Año Nuevo en Japón se ha desplomado; Global Times menciona cancelaciones en 72 rutas y una eliminación total del 16 % de los vuelos de diciembre. El Aeropuerto Internacional de Kansai se prepara para recibir entre 30,000 y 40,000 visitantes chinos menos hasta marzo.
Más allá de la aviación, los comercios japoneses también sienten el impacto. Las marcas en las principales calles comerciales, que dependen del gasto turístico chino, registran caídas de dos dígitos en las reservas anticipadas de grupos, y el Hotel Imperial de Tokio ya ha reportado aplazamientos en reservas de banquetes por parte de empresas del continente. Mientras tanto, las agencias de viajes online chinas indican que Tailandia y Corea del Sur han escalado a los primeros puestos en las búsquedas de destinos alternativos.
Para los planificadores de movilidad corporativa, estos recortes de capacidad implican menor oferta de asientos, tarifas más altas y rutas más largas para los empleados que viajan entre China y Japón. Se recomienda a los empleadores fomentar la compra anticipada de billetes, considerar aeropuertos alternativos (como Seúl o Taipéi) y estar atentos a nuevas programaciones que se publicarán a mediados de diciembre, cuando las aerolíneas finalicen sus horarios para el Año Nuevo Lunar.
Si la disputa diplomática persiste, los analistas prevén que la capacidad aérea bilateral cierre 2025 en apenas un 55 % de los niveles previos a la COVID, retrasando la recuperación total del corredor de viajes de negocios que antes era muy activo en la región.











