
La tradición suiza de democracia directa sufrió un revés para la participación política de residentes extranjeros el pasado domingo. En referendos separados celebrados el 30 de noviembre, los cantones de Appenzell Ausserrhoden y Vaud rechazaron propuestas que habrían permitido a adultos no suizos, que hayan vivido al menos diez años en el país y tres en el cantón respectivo, votar en elecciones y referendos cantonales. Los conteos finales publicados hoy muestran un 72,8 % de votos en contra en Appenzell AR y un 63,6 % en Vaud, donde los residentes extranjeros disfrutan del derecho a voto comunal desde 2003.
Los partidarios argumentaron que otorgar voz a aproximadamente una cuarta parte de los residentes sin pasaporte suizo mejoraría la integración y reflejaría su contribución económica. Los opositores, incluidos partidos liberal-conservadores y de derecha, insistieron en que los derechos políticos plenos deben seguir vinculados a la naturalización. Con este resultado, Ginebra y Neuchâtel quedan como los únicos cantones que conceden el voto a residentes extranjeros a nivel cantonal.
Desde una perspectiva de movilidad global, el resultado no afecta de inmediato los permisos de trabajo o residencia, pero señala una cautela continua respecto a ampliar los derechos cívicos de los migrantes más allá del nivel local. Los empleadores podrían considerar ajustar el material de orientación para aclarar que la residencia prolongada no implica automáticamente representación política y para ofrecer información sobre las vías de naturalización a los empleados interesados.
Los defensores ya han insinuado una iniciativa federal, manteniendo vivo el debate. Por ahora, los asignados internacionales que planeen estancias prolongadas deben tener en cuenta que la naturalización sigue siendo la única vía para la participación política plena en la mayor parte de Suiza.
Los partidarios argumentaron que otorgar voz a aproximadamente una cuarta parte de los residentes sin pasaporte suizo mejoraría la integración y reflejaría su contribución económica. Los opositores, incluidos partidos liberal-conservadores y de derecha, insistieron en que los derechos políticos plenos deben seguir vinculados a la naturalización. Con este resultado, Ginebra y Neuchâtel quedan como los únicos cantones que conceden el voto a residentes extranjeros a nivel cantonal.
Desde una perspectiva de movilidad global, el resultado no afecta de inmediato los permisos de trabajo o residencia, pero señala una cautela continua respecto a ampliar los derechos cívicos de los migrantes más allá del nivel local. Los empleadores podrían considerar ajustar el material de orientación para aclarar que la residencia prolongada no implica automáticamente representación política y para ofrecer información sobre las vías de naturalización a los empleados interesados.
Los defensores ya han insinuado una iniciativa federal, manteniendo vivo el debate. Por ahora, los asignados internacionales que planeen estancias prolongadas deben tener en cuenta que la naturalización sigue siendo la única vía para la participación política plena en la mayor parte de Suiza.






