
Con efecto inmediato, cualquier residente irlandés que patrocine a un cónyuge o hijo no perteneciente al EEE debe demostrar ingresos mínimos de €44,300, el salario medio nacional, en lugar de los €30,000 fijos anteriores. El Departamento de Justicia anunció este cambio en la Política revisada de Reunificación Familiar para no pertenecientes al EEE, publicada el 30 de noviembre. El requisito es progresivo: cada dependiente adicional eleva el umbral, por lo que un trabajador con tres hijos necesitará aproximadamente €64,200. Además, los patrocinadores deben demostrar previamente que cuentan con alojamiento “adecuado”, una condición que probablemente aumentará la demanda de viviendas familiares escasas en Dublín y Cork.
Las autoridades defienden este aumento como una “indexación a la realidad económica”, argumentando que los migrantes no deben depender de la asistencia social. La patronal Ibec apoya el principio, pero advierte que empleados de nivel medio en TIC y servicios financieros —cuyas remuneraciones suelen combinar salario base y bonificaciones variables— podrían no cumplir con el nuevo umbral. Las empresas de reubicación prevén plazos más largos mientras los empleadores convierten bonificaciones en salario garantizado o otorgan complementos salariales.
Para los equipos de movilidad global, esta nueva norma podría cambiar la estrategia de asignaciones: se podrían preferir desplazamientos más cortos y sin familia, y algunos empleadores podrían optar por permisos de transferencia intraempresarial en países de la UE con costos más bajos. Los presupuestos de RRHH también deben contemplar aumentos automáticos anuales, ya que el salario mínimo ahora está vinculado a los datos de la Oficina Central de Estadísticas.
El Departamento ha insinuado que las tasas de solicitud para visados de reunificación familiar subirán en 2026, sumando un nuevo coste. Se recomienda a las empresas auditar los casos activos de inmediato, ajustar las cartas de oferta y asegurar contratos de alquiler antes de presentar la solicitud para cumplir con el requisito de alojamiento.
Las autoridades defienden este aumento como una “indexación a la realidad económica”, argumentando que los migrantes no deben depender de la asistencia social. La patronal Ibec apoya el principio, pero advierte que empleados de nivel medio en TIC y servicios financieros —cuyas remuneraciones suelen combinar salario base y bonificaciones variables— podrían no cumplir con el nuevo umbral. Las empresas de reubicación prevén plazos más largos mientras los empleadores convierten bonificaciones en salario garantizado o otorgan complementos salariales.
Para los equipos de movilidad global, esta nueva norma podría cambiar la estrategia de asignaciones: se podrían preferir desplazamientos más cortos y sin familia, y algunos empleadores podrían optar por permisos de transferencia intraempresarial en países de la UE con costos más bajos. Los presupuestos de RRHH también deben contemplar aumentos automáticos anuales, ya que el salario mínimo ahora está vinculado a los datos de la Oficina Central de Estadísticas.
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