
A solo semanas del periodo de mayor afluencia de viajeros del año, los ministros han autorizado el despliegue de hasta 1,200 militares y 1,000 funcionarios civiles para atender los mostradores de pasaportes en siete puertos y aeropuertos del Reino Unido durante los ocho días de huelga de la Fuerza Fronteriza, del 23 al 31 de diciembre. La huelga convocada por el sindicato PCS afecta a Heathrow, Gatwick, Manchester, Birmingham, Cardiff, Glasgow y el puerto de Newhaven.
La planificación operativa, liderada por la nueva Dirección de Resiliencia de la Oficina del Gabinete, dividirá los puestos de pasaportes en “carriles verdes” atendidos por soldados capacitados y “carriles ámbar” para casos complejos gestionados por los oficiales superiores restantes de la Fuerza Fronteriza. Simulaciones del sector indican que la capacidad podría reducirse al 60% de lo habitual, generando colas de hasta 90 minutos en horas punta, incluso si todo funciona sin contratiempos.
Los actores del sector de viajes de negocios temen que la huelga coincida con rotaciones de proyectos de fin de año, el tráfico de expatriados en permiso y la llegada de estudiantes que regresan tras las vacaciones de invierno. Los gestores de movilidad global recomiendan a los viajeros prever al menos cuatro horas entre la llegada programada y conexiones críticas, y considerar rutas alternativas vía Dublín o Ámsterdam cuando sea posible.
Mientras los sindicatos acusan al gobierno de “teatros para romper sindicatos”, el Ministerio del Interior defiende que la formación cruzada de tropas protege la seguridad nacional y mantiene el comercio en movimiento. Por su parte, las aerolíneas exigen claridad sobre la responsabilidad en caso de que los pasajeros pierdan conexiones por retrasos relacionados con la huelga.
Este episodio pone de manifiesto la fragilidad de las operaciones fronterizas del Reino Unido en un momento en que el Ministerio del Interior intenta implementar sistemas de entrada “sin contacto” de alta tecnología. Los equipos de movilidad deben seguir las actualizaciones de contingencia a través de la Autoridad de Aviación Civil y actualizar las alertas de deber de cuidado conforme se acerque el periodo de huelga.
La planificación operativa, liderada por la nueva Dirección de Resiliencia de la Oficina del Gabinete, dividirá los puestos de pasaportes en “carriles verdes” atendidos por soldados capacitados y “carriles ámbar” para casos complejos gestionados por los oficiales superiores restantes de la Fuerza Fronteriza. Simulaciones del sector indican que la capacidad podría reducirse al 60% de lo habitual, generando colas de hasta 90 minutos en horas punta, incluso si todo funciona sin contratiempos.
Los actores del sector de viajes de negocios temen que la huelga coincida con rotaciones de proyectos de fin de año, el tráfico de expatriados en permiso y la llegada de estudiantes que regresan tras las vacaciones de invierno. Los gestores de movilidad global recomiendan a los viajeros prever al menos cuatro horas entre la llegada programada y conexiones críticas, y considerar rutas alternativas vía Dublín o Ámsterdam cuando sea posible.
Mientras los sindicatos acusan al gobierno de “teatros para romper sindicatos”, el Ministerio del Interior defiende que la formación cruzada de tropas protege la seguridad nacional y mantiene el comercio en movimiento. Por su parte, las aerolíneas exigen claridad sobre la responsabilidad en caso de que los pasajeros pierdan conexiones por retrasos relacionados con la huelga.
Este episodio pone de manifiesto la fragilidad de las operaciones fronterizas del Reino Unido en un momento en que el Ministerio del Interior intenta implementar sistemas de entrada “sin contacto” de alta tecnología. Los equipos de movilidad deben seguir las actualizaciones de contingencia a través de la Autoridad de Aviación Civil y actualizar las alertas de deber de cuidado conforme se acerque el periodo de huelga.







