
Las operaciones en el aeropuerto Congonhas (CGH), ubicado en el centro de São Paulo, volvieron a niveles casi normales el sábado 30 de noviembre, tras dos días de intensas lluvias que provocaron la cancelación de más de 115 vuelos y dejaron varados a cientos de pasajeros. La concesionaria del aeropuerto, Aena Brasil, informó que solo se cancelaron tres llegadas el sábado, todas debido a efectos en cadena en otros aeropuertos y no por condiciones locales.
La interrupción comenzó el jueves por la noche, cuando las lluvias torrenciales redujeron la fricción en la pista por debajo de los mínimos permitidos, obligando a varios vuelos a abortar el aterrizaje. Las aerolíneas cancelaron 72 vuelos el jueves y otros 43 el viernes, trasladando en autobús a algunos pasajeros 85 km hasta Viracopos (VCP) para reubicarlos. Los viajeros de negocios se quejaron por la escasa información y por tener que pasar la noche en la terminal, evidenciando la limitada capacidad hotelera en la zona aérea de CGH.
Para las empresas, el momento fue complicado: el cierre de mes de noviembre suele generar un aumento de viajes de última hora entre São Paulo y Río de Janeiro para equipos financieros y legales. Varias compañías informaron a medios locales que optaron por firmar documentos de forma virtual o contrataron helicópteros para cumplir con los plazos de presentación.
Aena anunció que acelerará la instalación del nuevo Sistema de Aterrizaje por Instrumentos CAT III, cuya puesta en marcha está prevista para marzo de 2026, lo que permitirá operar en condiciones de visibilidad reducida. Además, la concesionaria está revisando su plan de comunicación en crisis tras las críticas de los pasajeros por la información inconsistente en las aplicaciones de las aerolíneas, el sitio web del aeropuerto y las redes sociales.
Los gestores de movilidad deben tener en cuenta que las tormentas de verano son comunes en São Paulo entre diciembre y febrero. Los expertos recomiendan reservar tarifas flexibles o prever una noche adicional cuando las reuniones críticas dependan de las operaciones en CGH, especialmente porque la única pista del aeropuerto limita las opciones de recuperación ante acumulación de retrasos.
La interrupción comenzó el jueves por la noche, cuando las lluvias torrenciales redujeron la fricción en la pista por debajo de los mínimos permitidos, obligando a varios vuelos a abortar el aterrizaje. Las aerolíneas cancelaron 72 vuelos el jueves y otros 43 el viernes, trasladando en autobús a algunos pasajeros 85 km hasta Viracopos (VCP) para reubicarlos. Los viajeros de negocios se quejaron por la escasa información y por tener que pasar la noche en la terminal, evidenciando la limitada capacidad hotelera en la zona aérea de CGH.
Para las empresas, el momento fue complicado: el cierre de mes de noviembre suele generar un aumento de viajes de última hora entre São Paulo y Río de Janeiro para equipos financieros y legales. Varias compañías informaron a medios locales que optaron por firmar documentos de forma virtual o contrataron helicópteros para cumplir con los plazos de presentación.
Aena anunció que acelerará la instalación del nuevo Sistema de Aterrizaje por Instrumentos CAT III, cuya puesta en marcha está prevista para marzo de 2026, lo que permitirá operar en condiciones de visibilidad reducida. Además, la concesionaria está revisando su plan de comunicación en crisis tras las críticas de los pasajeros por la información inconsistente en las aplicaciones de las aerolíneas, el sitio web del aeropuerto y las redes sociales.
Los gestores de movilidad deben tener en cuenta que las tormentas de verano son comunes en São Paulo entre diciembre y febrero. Los expertos recomiendan reservar tarifas flexibles o prever una noche adicional cuando las reuniones críticas dependan de las operaciones en CGH, especialmente porque la única pista del aeropuerto limita las opciones de recuperación ante acumulación de retrasos.










