
Los terminales internacionales australianos se sumieron en el caos en las primeras horas del 30 de noviembre cuando el sistema de procesamiento de pasaportes de la Fuerza Fronteriza Australiana (ABF) dejó de funcionar a nivel nacional. Los viajeros en los aeropuertos de Melbourne y Sídney reportaron largas filas mientras los quioscos SmartGate se apagaban y los oficiales volvían a los controles manuales. Un portavoz de la ABF confirmó que el “problema del sistema” comenzó poco después de las 2 a.m. y afectó a “todos los pasajeros entrantes y salientes”, lo que llevó a priorizar el procesamiento de los vuelos considerados más urgentes.
La interrupción duró poco más de una hora, pero sus efectos se sintieron hasta bien entrada la tarde. El aeropuerto de Melbourne informó que trabajó con las aerolíneas para reprogramar las salidas, mientras que el aeropuerto de Sídney desplegó personal adicional en tierra para gestionar a los pasajeros frustrados. La terminal internacional de Brisbane solo registró dos retrasos en vuelos, pero el incidente puso en evidencia la fragilidad de la infraestructura fronteriza de alta tecnología de Australia.
La ABF aún investiga la causa raíz, pero fuentes del sector indican que la falla parece haberse originado en una actualización de software implementada a medianoche. La agencia sufrió una falla similar en SmartGate en noviembre de 2024, lo que genera dudas sobre la resiliencia del sistema y la planificación de contingencias. Las aerolíneas presionan al Ministerio del Interior para que establezca protocolos de escalada más claros, después de que el personal recibiera solo diez minutos de aviso antes del apagón.
Para los viajeros de negocios, este susto subraya la importancia de dejar tiempos de conexión amplios durante el pico de la temporada alta del verano austral y de tener los dispositivos móviles con las aplicaciones de las aerolíneas para una rápida reprogramación. Los gestores de riesgos de viaje también recomiendan que las empresas revisen sus protocolos de cuidado, incluyendo transporte alternativo y acceso a salas VIP para el personal afectado por retrasos.
La interrupción duró poco más de una hora, pero sus efectos se sintieron hasta bien entrada la tarde. El aeropuerto de Melbourne informó que trabajó con las aerolíneas para reprogramar las salidas, mientras que el aeropuerto de Sídney desplegó personal adicional en tierra para gestionar a los pasajeros frustrados. La terminal internacional de Brisbane solo registró dos retrasos en vuelos, pero el incidente puso en evidencia la fragilidad de la infraestructura fronteriza de alta tecnología de Australia.
La ABF aún investiga la causa raíz, pero fuentes del sector indican que la falla parece haberse originado en una actualización de software implementada a medianoche. La agencia sufrió una falla similar en SmartGate en noviembre de 2024, lo que genera dudas sobre la resiliencia del sistema y la planificación de contingencias. Las aerolíneas presionan al Ministerio del Interior para que establezca protocolos de escalada más claros, después de que el personal recibiera solo diez minutos de aviso antes del apagón.
Para los viajeros de negocios, este susto subraya la importancia de dejar tiempos de conexión amplios durante el pico de la temporada alta del verano austral y de tener los dispositivos móviles con las aplicaciones de las aerolíneas para una rápida reprogramación. Los gestores de riesgos de viaje también recomiendan que las empresas revisen sus protocolos de cuidado, incluyendo transporte alternativo y acceso a salas VIP para el personal afectado por retrasos.









