
Jetstar Airways canceló 90 vuelos nacionales e internacionales durante el fin de semana tras la orden de Airbus de revertir de inmediato el software en miles de aviones de la familia A320 en todo el mundo. La directiva se emitió después de un incidente con el control de cabeceo ocurrido el 30 de octubre en un vuelo de JetBlue en Estados Unidos, que los investigadores relacionaron con una actualización reciente del software.
La aerolínea australiana de bajo costo informó que 34 de sus 85 aviones Airbus de fuselaje estrecho necesitaban esta corrección de dos horas, y que 20 aeronaves ya estaban operativas para la tarde del sábado. Las interrupciones continuaron el domingo, ofreciendo a los pasajeros la opción de cambiar sus vuelos sin costo o solicitar reembolsos. Qantas y Virgin Australia no se vieron afectadas, mientras que Air New Zealand canceló 12 vuelos, pero mantuvo sus rutas trans-Tasman intactas.
Airbus asegura que el problema no representa un “riesgo inmediato para la seguridad”, pero actuó rápidamente tras la advertencia de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea, que alertó que el software sin corregir podría provocar “movimientos involuntarios del elevador”. La Autoridad de Seguridad de la Aviación Civil de Australia está supervisando el cumplimiento local, aunque no ha emitido directivas adicionales.
Para los gestores de movilidad corporativa, este caso es un recordatorio para verificar los tipos de flota al programar viajes con tiempos críticos. Además, el episodio pone de manifiesto la creciente dependencia ciberfísica en la aviación moderna y la necesidad de que las aerolíneas mantengan rigurosos protocolos de gestión de actualizaciones.
La aerolínea australiana de bajo costo informó que 34 de sus 85 aviones Airbus de fuselaje estrecho necesitaban esta corrección de dos horas, y que 20 aeronaves ya estaban operativas para la tarde del sábado. Las interrupciones continuaron el domingo, ofreciendo a los pasajeros la opción de cambiar sus vuelos sin costo o solicitar reembolsos. Qantas y Virgin Australia no se vieron afectadas, mientras que Air New Zealand canceló 12 vuelos, pero mantuvo sus rutas trans-Tasman intactas.
Airbus asegura que el problema no representa un “riesgo inmediato para la seguridad”, pero actuó rápidamente tras la advertencia de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea, que alertó que el software sin corregir podría provocar “movimientos involuntarios del elevador”. La Autoridad de Seguridad de la Aviación Civil de Australia está supervisando el cumplimiento local, aunque no ha emitido directivas adicionales.
Para los gestores de movilidad corporativa, este caso es un recordatorio para verificar los tipos de flota al programar viajes con tiempos críticos. Además, el episodio pone de manifiesto la creciente dependencia ciberfísica en la aviación moderna y la necesidad de que las aerolíneas mantengan rigurosos protocolos de gestión de actualizaciones.





